Sparta llega al Festival de Cine de San Sebastián

El cineasta austriaco Ulrich Seidl no cesa en su empeño de hacer tambalear los cimientos morales de la vieja Europa y vuelve a tender, a pleno sol, los trapos sucios de una sociedad del bienestar que no hace prisioneros.

Hasta la brutal filmografía de Michal Haneke, compatriota y coetáneo de nuestro protagonista, se nos antoja suave comparada con los mazazos que suele asestar este poeta de lo sórdido. Suyas son piezas documentales extremas como En el sótano, o Safari o la devastadora trilogía Paraiso, estrenada en un momento en el que películas como estas todavía tenían lugar en nuestras carteleras comerciales.

Seidl compite por la Concha de oro de la 70 edición del Festival de cine de San Sebastián con Sparta, su último trabajo, poniendo el foco en la pederastia.

En esta ocasión acompañamos a Ewald, un ciudadano austriaco instalado en Transilvania, que sucumbe a sus oscuras tendencias sexuales renunciando a un futuro acomodado y solvente ,y la compañía de una bella mujer que lo ama.

Sparta propone un interminable debate en el que no cabe consenso posible. El cineasta contrapone la conciencia de un pederasta torturado, que lucha por sucumbir a sus bajas pasiones, y lo contrasta con la terrible existencia de varios niños, que sufren a diario la incultura y la brutalidad en sus propios hogares, bajo la violencia física. Hoy Zinemaldia ha aplaudido la dureza cinematográfica de un autor inteligente y valiente.