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Marta Casolo, voluntaria italiana en Camprovín: “Es como una familia muy grande”

Marta Casolo, voluntaria italiana en Camprovín: "Es como una familia muy grande"

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Marta Casolo tiene 19 años y es natural de Zinasco Nuovo, un municipio de aproximadamente 3.100 habitantes cerca de Milán. Desde hace diez meses, esta joven ha cambiado su vida en Italia para ser voluntaria en Camprovín, gracias al programa Ces Erasmus Plus, con la Asociación teatral On and Off. Vida calmada y sentido de comunidad vertebran la experiencia de esta joven que, en dos meses, partirá de regreso a casa.

Su día a día se compone de “cuatro o cinco horas de trabajo de oficina”, tal y como describe. Por la tarde, se dedica a dar clases de teatro en municipios como Huércanos y Nájera, así como en la Asociación Riojana para el Síndrome de Down (ARSIDO) dos días de la semana. “Camprovín es un pueblo maravilloso, de 182 almas, pero la gente que ves en la calle, es muy poca, se ven siempre las mismas cuarenta”, agradece esta voluntaria que pone en valor la red comunitaria que se teje en el pueblo, siempre atento a si alguien necesita algo y abierto a realizar diferentes actividades. “Es un pueblo muy vivo, yo antes vivía en un pueblo mucho más cerrado, donde la gente no se conocía, cuando quieres compartir un rato siempre hay alguien que está”, compara. “La gente es mucho más abierta, se realizan muchas actividades juntos, es casi como una familia muy grande”. Así, realizan intercambio de idiomas con gente más mayor, talleres de costura o clases de yoga. “Hay muchos chicos de 25- 30 años, que salen de trabajar y te ofrecen pizza para comer en su casa, se crea un hogar”.

El idioma para la joven tampoco es un obstáculo para vivir esta aventura: “La gente se integra muy bien, aunque no hable el idioma, han venido voluntarios que no hablaban español, pero funcionaba”. Así, en este momento, Casolo comparte esta experiencia con una voluntaria de Letonia, pero a lo largo de estos diez meses ha convivido con jóvenes de variadas partes de Europa. “Los austriacos y la gente del norte cenan muy pronto, sobre las cinco o seis, la comida es bastante diferente en todos los sitios”, comenta acerca de las diferencias culturales que ha notado en estos diez meses. En cuanto a las costumbres españolas destaca una que le ha llamado especial atención: “Se echa ajo y pimiento a todo”, comenta entre risas.

Con experiencia en el mundo Scout, fue en Austria cuando conoció a la Asociación On and Off y decidió sumarse a esta aventura en Camprovín. Además, esta joven ya había estado en el municipio riojano, hace cuatro años en un programa europeo de una semana. “Hacía teatro de manera amateur desde que era pequeña, en primaria, pero solo como hobby”, comenta. “Ahora que estamos trabajando en la oficina, me he puesto a hacer carteles, logos, manejar muchos tipos de documentos y en teatro he madurado muchísimo trabajando con Silvia Sáenz codo con codo”, cuenta sobre lo aprendido estos meses. “Voy a llevarme a todas las personas con las que he vivido y compartido este año, el solo hecho de no querer fregar y pelear por quien va a limpiar, compartir un momento en el que alguien echa de menos su casa, o la visita Gijón...”, enumera.

“No me costó decidirme a venir, me gustaba el proyecto y la gente que conocía era muy interesante”, cuenta sobre la decisión de pasar este año en España, que en marzo acabará. “Me da pena porque aquí hemos construido muchas cosas y he aprendido muchísimo, pero también quiero volver y ver a mis amigos y mi familia”, hace balance a la par que anima a jóvenes como ella a sumarse a hacer un voluntariado.

*Fotografía de portada de Asja Lanzetti

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