Entrevista a Carlos Pouso: “Me parece un escándalo el vestuario que tengo”

Entrevista a Carlos Pouso: "Me parece un escándalo el vestuario que tengo"

Rioja2

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Carlos Pouso (Lamiako, 62 años) llegó al Calahorra a finales de diciembre con la misión de salvar al equipo del descenso de categoría. Tras ocho encuentros saldados con 1 victoria, 3 empates y 4 derrotas, los rojillos están en el último puesto (20º) del Grupo 2 de 1ª Federación con 19 puntos, a once de la zona de permanencia. Antes de la importante cita del domingo a las 16:00 en Lezama ante el Bilbao Athletic (19º, 20 puntos) en la jornada 26 del campeonato, el entrenador vizcaíno charla con Rioja2 sobre cómo han sido sus primeros meses en la entidad riojabajeña.

¿Qué tal ha empezado la semana de trabajo?

Bien. Tenemos aún la ausencia de Sergio Gil, que no pudo jugar el otro día por unas molestias de última hora y preferimos no arriesgar. Este martes ha entrenado por su cuenta y a ver si puede reincorporarse al grupo. El resto están bien, con las típicas molestias y cansancio, pero en perfecto estado de revista.

Llevas ya dos meses en el Club Deportivo Calahorra, ¿cómo valoras tu aterrizaje en la entidad? Porque llegabas en una situación difícil...

La verdad es que los resultados podrían ser mejores. Yo creo que hemos gastado balas y en este periodo, tenemos menos puntos de los que por juego y ocasiones hemos merecido. Eso sí, yo siempre digo que merecer se merece el cielo y el infierno, si has sido bueno o malo. Aquí lo que hay que hacer es ser mucho más matador en las áreas y defender mejor para que no te hagan gol. Concedemos poco, pero no estamos acertados en el área rival, eso es cierto.

¿Qué te hizo aceptar la propuesta? ¿Tenías claro que quería aceptar este reto?

Lo pensé, la primera respuesta fue negativa. Me llamaron un par de semanas antes y les dije que no. También es cierto que tuve una oferta de fuera, pero tenía decidido que no iba a aceptar lejos, por tema familiar. Al de dos semanas me volvieron a llamar, el Calahorra había querido fichar a alguno que no había tenido la valentía de aceptarlo y, bueno… Son muy buena gente. Mi agradecimiento para Eduardo Arévalo, para Tomás Lorente y toda la junta directiva porque son un cielo de personas. Me han cogido como si llegase aquí poco menos que el Mesías y, vaya, vamos a ver si nos hundimos todos o somos capaces de sacar el barco a flote, porque está claro que el Calahorra ha hecho durante años las cosas muy bien y, esta categoría, es muy exigente y hay veces que con una chalupa de plástico en un estanque lleno de cocodrilos, te pueden pinchar la balsa. El equipo compite bien, los chavales son súper agradecidos y la adaptación es muy fácil porque La Rioja es una maravilla. Ya conocía la zona, el club… es muy sencilla la adaptación.

Obviando las altas y bajas del mercado invernal, ¿en qué ha cambiado el vestuario desde que llegaste tú?

Ya lo he dicho más de una vez, aquí las decisiones estaban tomadas cuando llegué. Igual algún jugador de los que ha salido me hubiese gustado, pero no puedes hacer trabajar a los agentes y luego decir que el nuevo entrenador que viene quiere que el jugador se quede. Luego, ha habido algún caso excepcional que ha salido a última hora, que no era decisión del Calahorra, por ejemplo, Iñaki Recio. El chaval ha tenido una oferta del San Fernando, con un año más y yo lo que no quiero es gente descontenta.

Hubo el problema de Álex Arias, que iba a salir también. No era una decisión de club, parece que lo tenía hecho con la SD Logroñés y no se llegó finalmente a un acuerdo, no sé bien por qué. Al final se ha quedado, es uno más y estoy contento. Los que estaban en la rampa de salida y se han quedado, también son muy buenos profesionales. Lo que sí he hecho es intervenir en las nuevas incorporaciones. Me gustaban otro tipo de futbolistas, antes había otro entrenador y mi idea es diferente. Hemos tratado de traer, dentro de las posibilidades del Calahorra, a jugadores que se adaptasen a la idea que yo tengo de fútbol.

Después de que Arias lo tuviera medio hecho con la SDL y no surgiera, ¿tú le ves ya centrado en la misión del Calahorra?

Tú tienes un contrato y está para cumplirse. Además, entiendo que no fue el Calahorra, sino el propio Arias o la SD Logroñés la que se puso en contacto con él. Yo gente que no quiera estar en un sitio, no le voy a obligar a estar. A un futbolista no le puedes poner grilletes.

Parece que había algún problemilla entre Calahorra y SD Logroñés de hace tiempo que yo, evidentemente, ni sé ni entiendo. Yo voy a ver a la SDL, me gusta cómo juega, me tratan de maravilla y no tengo nada que ver, ni soy quién para decirle al chaval que se vaya o decir hay que dejar ir a este… Yo me lo como y, cuando yo entienda que tenga que jugar jugará, y cuando no, pues le tocará esperar como al resto de compañeros. No va a haber ningún rencor por mi parte porque en su momento haya querido salir. Cualquiera que tenga una oferta que le seduce más, yo no voy a ser nunca una cortapisa para que el chaval cumpla sus deseos. Ahora está aquí y cuando yo entienda que tiene que jugará y si no, esperará. Exactamente igual que los demás. Conmigo, rencor cero.

Fotos: Twitter (@cdcalahorra)

El domingo os enfrentáis los dos últimos clasificados en Lezama. ¿Os tomáis como una final el partido o aún es pronto?

Finales han sido todos los partidos, y siguen siendo, pero estando centrados siempre en la semana que toca. No podemos hablar de otra final posterior, hay que centrarse en ganar la que tienes antes. En la situación en la que estamos, puede ser que ganemos y no nos salvemos o que perdamos y que tengamos posibilidades de salvarnos. No va a ser ningún freno ni ningún acelerador ese partido. Nos lo vamos a tomar con la misma seriedad que cualquier otro.

Independientemente de lo que ocurra a final de temporada, ¿qué te haría sentir orgulloso de tu trabajo y el de tus jugadores?

Al final, yo he venido a trabajar, es la gente la que tiene que valorar tu trabajo. Yo estoy muy contento con todo. Está claro que el club vive una situación complicadísima y seguimos estando en la UCI. Toca trabajar, pelear. Yo me puedo permitir el lujo de poder elegir; me da para vivir. Pero a mí esto, entrenar, me gusta más que a un niño recién nacido la teta de su madre. Al principio me pilló en un momento en el que dije que no y luego pensé que peor de lo que están no van a estar, así que adelante, tira. No me arrepiento de nada, igual la directiva sí se arrepiente de haberme traído, que quede claro, pero estoy encantadísimo, la verdad.

Tras esta aventura, ¿te gustaría seguir entrenando o piensas en parar?

No, la verdad es que estoy bien. Tiene que ser algo que me seduzca. Cuando eres más joven tienes más posibilidades. Ahora ya te vienen clubes muy desesperados que tiran de experiencia. El Pontevedra acaba de fichar a Juan Señor, que es mayor que yo y lleva mucho tiempo sin entrenar. Pero es un hombre con experiencia y con conocimientos. Difícilmente a Señor, a Manix Mandiola o a mí nos ven para encabezar un proyecto, que es lo que a mí me gusta: participar en la creación de la plantilla, mano a mano con el director deportivo, implantar las ideas desde el principio… Ahora vienes ya con el barco arrancado, en marcha y a ver si te subes. A mí lo que me gusta es otra cosa, empezar con la pretemporada… Esto es todo exprés, urgente, jugándote el pellejo. Me gusta menos, pero me sigue gustando y por eso lo he aceptado.

Igual el año que viene vuelve a decir que sí si tengo ocasión o que no, porque aquí hay dos partes. No puedo ir donde quiero. Primero me tienen que querer y, luego, tengo disponibilidad de decir sí o no. Si me seduce y sobre todo, si no es muy lejos de casa… Me estoy haciendo muy perezoso ya, los viajes me cuestan. Meterme en autobús 800 kilómetros de ida y 800 de vuelta, cuando llevo ya más de 200.000 encima, pues es un poco duro. En estas categorías solo se viaja en avión si hay que atravesar el mar o el océano, sino, carretera y manta. Ya vas notando que la espalda, el cuello y las piernas no responden como antaño. Pero todo sea por una buena causa.

¿Tienes algún mensaje para la afición? Es el año del Centenario y aunque se han vivido momentos duros, se puede, ¿no?

Claro, nosotros lo vamos a intentar con todas nuestras fuerzas. Creo que cualquiera que esté viendo jugar al Calahorra tiene que estar gustoso porque, jugaremos mejor o peor, pero el equipo se está dejando la piel. Para un entrenador es muy gratificante el no tener que entrar nunca en la caseta a decir que no ha habido actitud, que han entregado la cuchara… Ver a los jugadores en el día a día, las ganas que ponen, cómo te escuchan… Me doy por satisfecho aún sin ganar, porque me parece un escándalo el vestuario que tengo. Chavales buenos no, lo siguiente. Que no duden que vamos a nadar y, a lo mejor, tenemos que morirnos en la orilla o en alta mar, pero que nos vamos a dejar el pellejo por salvarnos, que no lo dude nadie.

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