La investigación sobre el accidente del Airbus A330 se augura larga y difícil

La investigación sobre las causas que provocaron la caída al océano Atlántico del Airbus 330-200 de la compañía Air France se augura larga y difícil según los responsables de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) del Gobierno francés. El avión cubría el trayecto Río de Janeiro-París con 228 personas a bordo.

El A330, que no tenía ningún problema en el momento de despegar del aeropuerto de Río de Janeiro, envió mensajes automáticos al centro de control brasileño aproximadamente media hora antes del accidente y este dato no permite sacar conclusiones. La BEA trabaja contra reloj para recopilar información y es la organización encargada de interpretar los datos.

“Cualquier investigación implica elementos de incertidumbre que intentamos reducir al máximo. Divulgar elementos especulativos es la mejor manera de preocupar a la opinión pública”, subrayó el director del organismo, Paul Louis Arslanian. “Estamos ante un puzzle que intentamos reconstruir. Ni siquiera sabemos la hora exacta del accidente”, advirtió.

Tampoco hay muchas esperanzas en cuanto a las posibilidades de hallar las cajas negras del aparato, donde se encuentran grabados los datos que pueden ayudar a resolver el misterio de las causas del accidente. Este material se encuentra, sin duda, en un lugar profundo y montañoso sumergido a miles de metros. En todo caso, la ausencia de las cajas negras no impide el avance de la investigación porque, según recuerda la BEA, ya se ha trabajado en ocasiones sin las grabaciones.

El accidente del A330 se produjo prácticamente en medio del Atlántico, en una zona donde el fondo es un paisaje más montañoso que de llanuras, según declaraciones del responsable de las investigaciones, Alain Bouillard, que ha descrito lo ocurrido como la “peor catástrofe aérea” de Francia.

Dos investigadores del organismo, acompañados de especialistas de Airbus y Air France se han desplazado a Río de Janeiro para recoger la información indispensable para la investigación, en concreto sobre las radiocomunicaciones y las trayectorias reflejadas en el radar. La BEA pretende tener listo un primer informe sobre las causas del accidente antes de que finalice el mes de junio. La Fiscalía de París será la encargada de la investigación judicial y ya ha anunciado que abrirá rápidamente una instrucción.

Paralelamente, la Fuerza Aérea brasileña informó ayer del hallazgo de nuevos restos, uno de ellos de siete metros de largo, a 90 kilómetros del área donde estaban buscando inicialmente.La tripulación a bordo de la aeronave R-99 de la Fuerza Aérea observó varios objetos esparcidos en un área de cinco kilómetros así como otro objeto mayor de siete metros de diámetro, algunas piezas metálicas y una mancha de aceite de una extensión de hasta 20 kilómetros. Se baraja la posibilidad de una explosión como causa del accidente por la dispersión de los restos.