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Las localidades de La Rioja Baja, las que más festejos taurinos han suprimido este año

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@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } En las fiestas y celebraciones de la mayoría de las localidades españolas existe desde tiempos inmemoriales la presencia de un magnífico animal, el toro.

El toro se ha convertido en la seña de identidad de nuestro país ya que son nuestras fronteras las lindes que custodian a este poderoso ejemplar.

El origen del toro de lidia tenemos que buscarlo en el Imperio Romano donde este animal, presente desde el paleolítico en la vida del hombre de estas zonas, comienza a protagonizar los festejos para el entretenimiento del pueblo, además de ser un símbolo de fuerza y virilidad, relacionado con el culto a los dioses.

Muchas cosas han cambiado desde entonces pero el toro sigue siendo el principal reclamo en las actividades culturales y festivas de nuestra península.

Desde las “corridas de toros” de los nobles o los más antiguos encierros de España en Cúellar queremos llegar hasta nuestra tierra para saber cómo viviendo la fiesta nacional en estos momentos. Para ello el periodista taurino Manolo González, nos ha brindado su visión del ayer y hoy del toro en La Rioja.

Manolo nos comenta que la capital riojana se ha caracterizado por tener un público fiel, una afición muy extendida y muy exigente sobre todo en los años ochenta. “Logroño tiene un sello de afición torista”, afirma. Sin embargo hoy en día parece que la sobriedad del público logroñés va perdiendo fuerza. Generalmente Logroño se ha destacado por la presencia de ganaderías como Victorino Martín, Joaquín Buendía, Cebada Gago... pero en los últimos años ha predominado el “elemento comercial” quizás por la demanda del público logroñés por ver más nombres de toreros que de ganaderías.

En la nueva plaza de toros “La Ribera” está siendo más acusado el cambio de público, ya que han variado mucho las localizaciones. Un ejemplo es la Peña 21, muy entendida en este arte, que tradicionalmente se situaba junto a la presidencia y sus críticas eran muy consideradas por el público y las autoridades. Ahora su ubicación ha hecho que pierda poder de decisión. Logroño supera en cuanto a presencia de toros a plazas como Palencia, Burgos o Valladolid de su misma categoría. “El toro que sale en Logroño es mucho más importante, pero en algunas ocasiones no deja de ser otra carrocería con el mismo motor. A la hora de comportarse siguen estando bajitos de bravura”.

Otras localidades Alfaro, Calahorra, Arnedo menos categoría y trapío pero muy importantes. Cabe destacar la Feria de novilladas de Arnedo donde vienen novillos muy serios algunos con hechuras de toro. Manolo quiere apuntar que en Logroño los exigentes quieren el toro “con 4 años y cinco hierbas”, no con los 4 años cumplidos porque se ha dado el caso de ver en la Feria de San Mateo toros con un guarismo determinado y al día siguiente en la plaza de Arnedo tenían el mismo, con lo cual según el año ganadero es aún novillo. “Los aficionados reivindicamos esto porque el toro tendría mucho más sentido siendo más hombre, aunque el reglamento lo permite en plazas de segunda”.

Según Manolo González, la Feria de San Mateo de este año es una feria “bien rematada” con figuras y toreros jóvenes que prometen. Lo importante es que el toro que salga por los chiqueros tenga esa emoción que demanda el aficionado.

La crisis ha hecho que en algunas ciudades se haya reducido algún festejo pero no es el caso de la capital riojana. Según afirma González “el toro está en crisis desde el momento que le falta casta y bravura”.

Una de las ganaderías riojanas con más solera, “Álvaro y Pablo Lumbreras”, propiedad de Carlos Lumbreras Lozano dedicados sobre todo al festejo popular tanto en plaza como en la calle, nos adentra en la situación del mundo del toro desde su experiencia.

Lo primero que nos sorprende es que la crisis no es tan aguda en nuestra comunidad gracias a la apertura de nuevas plazas como la de Nájera o Arnedo que refuerzan la afición taurina riojana o el empeño de seguir ofreciendo al aficionado festejos como los concursos de recortadores. “Hay localidades que por presupuestos han quitado las vaquillas pero en líneas generales está en un buen momento porque hay mucha afición joven por detrás que está empujando, afirma Lumbreras. Cuando los reglamentos eran de otra manera era más complicado que ahora”.

En los festejos de nuestra comunidad, la ganadería trata directamente en un 80% con los ayuntamientos y no mediante empresarios. Esta es una de las causas por las que la crisis puede ser más patente en estos momentos ya que los consistorios tardan más en pagar que en otras ocasiones pero según la experiencia de Carlos Lumbreras aunque los ayuntamientos se demoren son clientes seguros. “El particular te da largas, te vende y no tienes por donde cogerlo, el ayuntamiento te da una garantía”, afirma el ganadero.

Este es uno de los grandes problemas que el ganadero se encuentra por desgracia cada vez en más ocasiones y ante el que se encuentra totalmente desamparado. Además la documentación que en estos momentos se exige a la hora de movilizar a un animal y presentarlo para un festejo ha reducido el número de demandantes sobre todo en poblaciones más pequeñas con mucha tradición.

En La Rioja baja es donde más se han visto reducidos vacas o encierros suprimiendo dos o tres días en alguna localidad de los 10 u 11 que se daban en años anteriores. Esta reducción no deja de ser un contratiempo pero según afirma Carlos, “no como para que provoque una ruina”.

Hay que recordar que Logroño hace ya varias temporadas que suprimió los encierros de su oferta festiva. En su día, una de las razones fue la falta de asistencia y no ser dignos de la capital riojana. Lumbreras comenta que lo que no era digno era el recorrido y que la asistencia no era tan escasa como se quería hacer ver aunque si es verdad que al competir con las vacas en la plaza los encierros se veían afectados. “La vuelta de los encierros a Logroño la veo a muy largo plazo pero sería imprescindible hacer un recorrido consensuado por todos y alternar los días con las vacas para no ensombrecer ninguno de los festejos”.

A pesar de todo los concursos de recortadores se están prodigando como nunca en nuestra comunidad, dando dos en Haro , Calahorra, Arnedo, Alfaro y ahora también en Logroño. Esta tendencia se espera siga teniendo la misma aceptación durante al menos 4 o 5 años más.

Según este ganadero ya de tercera generación hay que buscar nuevas fórmulas e ingenio. “En el festejo popular es muy complicado llenar una plaza pero más difícil aún es entretenerla” afirma.

Una prueba de ello la tendremos estas fiestas logroñesas donde Carlos Lumbreras es desde hace años el encargado de las mañanas de San Mateo. “Hemos estado probando números distintos buscando la variedad para que la gente tenga cierta novedad y no vea una y otra vez lo mismo”.

Al igual que Manolo González, Carlos Lumbreras apunta que con lo que hay que tener especial cuidado es con la calidad de los festejos.“Ahí es donde la gente puede echarse atrás”. Más que en el festejo popular donde puede haber más ausencias en ferias importantes como la que empieza en unas horas, la Feria de San Mateo, donde Lumbreras cree que bajarán el número de abonos y venta de entradas.

En cuanto a los carteles también coinciden ambos entendidos. “La Feria en conjunto me gusta. Hay dos carteles primero y último que a nivel de papel bajan un poco pero me alegra la presencia de toreros como Luque o Pinar, maestros muy interesantes que van a dar empuje a los demás”.

No podíamos olvidar a los anti taurinos, presentes en diferentes festejos de nuestro país y que están siendo protagonistas en diferentes medios durante esta temporada pero Manolo comenta al respecto que la verdadera amenaza de los toros son “los taurinos que quieren llevárselo pronto, sin importarles el cómo, quitándole la casta al toro. Ese es el verdadero problema del toro y no los anti taurinos”. Por su parte Carlos Lumbreras afirma que la afición del toro es respetuosa. “Todo el mundo puede expresar sus ideas y hay que respetarlas sin ofender a los demás, evitando provocaciones”. Este fenómeno no se vive en La Rioja, tierra con mucha tradición y arraigo al festejo taurino, desplazándose estos colectivos a localidades más mediáticas, dejando a un lado festejos tradicionales sin presencia de sangre.

Carlos Lumbreras finaliza la entrevista con una gran frase que hace mantener la esperanza en el toro de lidia. “ Se están poniendo las cosas difíciles, pero también las tuvieron mi abuelo o mi padre. Mientras haya un toro y una vaca se seguirá adelante.”

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