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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El Real Madrid somete al campeón de Europa

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Fue en un encuentro que empezó a decantarse del lado blanco gracias a un sobresaliente segundo cuarto en el que los madridistas maniataron a la escuadra griega y dieron rienda suelta a su ataque para firmar un marcador parcial de 20-0.

La tensión que acompaña a un duelo entre dos de los historiales más brillantes de la máxima competición europea no tardó en hacerse notar. Y es que en frente no sólo estaban dos de los equipos más laureados del Viejo Continente, con 13 entorchados entre ambos, sino que los banquillos encaraban a dos de los mejores entrenadores europeos, Ettore Messina y un Zeljko Obradovic que se volvía a enfrentar a un equipo al que ayudó a conquistar su última Copa de Europa.

La gran experiencia que acumulaban los dos banquillos condujo a unos primeros minutos de partido en los que ambos contendientes midieron fuerzas con cautela. Circulación ágil de balón por fuera y protagonismo para el duelo rocoso entre los dos pívots. Así continuó la lucha hasta que Panathinaikos rompió la cuerda de su lado exhibiendo su puntería desde posiciones alejadas al aro, un recurso que le permitió alcanzar los dobles dígitos de ventaja de manera cómoda.

Pero la dinámica cambió con la entrada de Sergi Llull a pista. El Real Madrid naufragaba ante el gran acierto exterior de los aleros griegos y el luminoso marcaba la mayor desventaja, que alcanzó los 11 puntos. Pero gracias a la presión defensiva del base, que ayudó a que el equipo subiera un punto su agresividad atrás, el Panathinaikos se nubló en ataque y dio paso a la gran reacción del conjunto blanco en el segundo cuarto.

Así, y tras canasta inicial de Pekovic, los madridistas firmaron un extraordinario parcial de 20-0 para tomar la delantera. El vigente campeón tropezó con la gran intensidad blanca y el aro se hizo más grande para los de Messina, que crecieron con cada acción acertada en defensa. Con el equipo en plena efervescencia, Vistalegre asistió a un recital de siete minutos que revolvió por completo la situación de partido.

El equipo blanco pasó a tomar el mando del encuentro y de la mano de un gran Lavrinovic trató de estirar el marcador. Sin embargo, en frente estaba un Drew Nicholas dispuesto a resarcirse de un gris primer tiempo. El que fuera escolta baskonista cargó sobre sus hombros el peso anotador del Panathinaikos y saldó su cuenta del tercer periodo con trece puntos que ayudaron a mantener vivo el partido hasta el último cuarto.

Allí el conjunto heleno hizo el último asalto al triunfo con Nikola Pekovic al frente (11 puntos en el periodo final), pero el esfuerzo colectivo de los de Ettore Messina ayudó a asegurar un triunfo que se antoja vital en la lucha por el liderato del Grupo D entre dos de los principales aspirantes a hacerse con el título de campeón europeo.

Por parte madridista volvió a destacar la pareja lituana formada por Darjus Lavrinovic (15 puntos) y Rimantas Kaukenas (17), así como la agresividad de Sergi Llull para liderar la remontada. Por parte griega, Pekovic y Nicholas fueron los máximos estandartes helenos, pero la escasa aportación de hombres importantes como Spanoulis y Tepic fue un lastre demasiado pesado para poder aspirar a la victoria.

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