Carmelo Gómez: “No vi la película porque no quería deprimirme”

Rioja2

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Un reto para estas dos estrellas de la farándula llevar al teatro una de las películas que ha golpeado las conciencias de medio mundo. 'Días de vino y rosas' es una historia que marcó jurisprudencia a la hora de tocar un asunto muy controvertido: el alcoholismo. El filme obtuvo numerosos premios cinematográficos, entre ellos la Concha de Plata del Festival de San Sebastián de 1963, estuvo dirigido por Blake Edwards y contó con un reparto de lujo: Jack Lemon y Lee Remick.

El argumento se basa en un viaje que emprende una pareja enamorada hacia la destrucción. Se quieren con locura, pero son incapaces de superar una debilidad: su alcoholismo. Una obra maestra que habla de que a veces nuestras mejores intenciones fracasan y destrozamos aquello que más queremos. Una historia de amor, pasión, adicción y desolación con un componente dramático que arrastra al espectador al límite emocional.

Carmelo Gómez y Silvia Abascal han llegado a Logroño

para presentar esta función, que se representará en el Teatro Bretón de Logroño hoy y mañana a las 20:30 horas. Carmelo asegura que para él es un handicap que haya una película hecha con dos grandes actores, sobre todo, Jack Lemon y que por esa razón no la ha visto, para no deprimirse. Silvia, sin embargo, lo primero que hizo fue verla de nuevo.

La adaptación teatral, tal y como confiesa el protagonista, se acerca a España, de tal forma que cualquier persona se puede sentir identificada con los personajes. “Muchas veces, en las adaptaciones teatrales de películas americanas los protagonistas se llaman Joe o Jimmy y la gente dice: ¿Pero dónde vive esta gente? Esta obra se desarrolla en Madrid y nos llamamos Sandra y Luis, lo que crea en el público empatía con nosotros”, subraya Carmelo.

Silvia confiesa que le daba mucho respeto e incluso vértigo interpretar a un alcohólica. De hecho, se han preparado el papel acudiendo a las reuniones de Alcohólicos Anónimos y siendo

asesorados por ellos. “Hicimos el primer pase para ellos y cuando vimos que se emocionaban nos dimos cuenta de que íbamos bien”, señala Abascal.

Al margen de la faceta destructiva de los personajes, es una historia de amor, por lo que primero que trabajaron fue eso mismo: la complicidad, la química... Se conocieron entre haimas en el Festival del Sáhara y según cuenta Silvia, fue Carmelo quién la llamó para que hiciera de su pareja en esta obra de teatro.

Ambos afirman que las funciones suponen un enorme desgaste emocional, una especie de viaje a los infiernos por la carga dramática de la historia. Respecto al público, parece que al 60% de los espectadores les toca el tema del alcoholismo de manera directa o indirecta. Esta función lleva unos seis meses de gira y según confiesan los actores, les da mucha pena despedirse de ella.

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