Gran Hermano 11: Gerardo expulsado con casi un 85% de los votos

Rioja2

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Ya era hora de que echasen a Gerardo. Sé que debería ser neutral, pero no puedo, llevo desde que entró deseando su expulsión. Tampoco es que me emocionen especialmente los que quedan dentro, pero por lo menos “bobardo” lo verá desde su casa, en un merecidísimo cuarto puesto.

Mercedes Milá creo que se esperaba la elección de este conflictivo concursante, ya que no hizo esperar la petición de la audiencia y fue más rápida que nunca en dar el veredicto. Ángel, al conocer que continuaba en la casa casi se deja la cabeza en el suelo de cristal de la sala de expulsiones. Más bien parecía que le había dado un “jamacuco” a que fuese finalista del concurso. Vi una acción privilegiada frente a Gerardo puesto que tras conocer la decisión le dejaron volver a la casa para despedirse de su amada Saray y su suegra. Quizá fuese por intentar conseguir el morbo del momento (algo que no ocurrió) o porque la nueva distribución de la casa de Guadalix obligaba a salir por otra puerta. El caso es que es la primera vez en esta edición que un expulsado se reúne de nuevo con los concursantes, mientras el salvado espera instrucciones en el confesionario.

En plató todos los ex concursantes lo esperaban con los brazos abiertos, los unos con ganas de abrazarlo, los otros de espachurrarlo. Gerardo, fiel seguidor del programa desde su comienzo en antena, se arrodillaba ante una Milá vestida de naranja. Mercedes no fue ni buena ni mala, creo que supo estar en su sitio, algo que no ocurrió tras la salida de Arturo, por ejemplo.

Uno por uno fue recorriendo los vídeos del madrileño, reprochando unas cosas, defendiendo otras. Unas de las imágenes que más dieron de qué hablar fueron las que hacían referencia a su historia con Saray. Muy pocos creen que esa relación de amor que surgió en Italia sea cierta (sinceramente, yo tampoco). Mientras Gerardo se esforzaba por hacer su mirada más creíble, Arturo ponía caras de asco e incredulidad al ver esas escenas “tórridas” junto a la suegra. Besos de pez, dijeron en algún momento. “Cuando estás enamorado das unos besos que te salen”, dijo el vasco al intentar explicar las sensaciones que en ese momento le recorrían el cuerpo. Y es que esa diferencia de sentimientos desde el principio hasta casi el final del concurso entre la gallega y el madrileño es indescriptible. Hasta la mejor amiga de Saray en la casa, Laura, afirmaba que no se creía el papel de su amiga. Mientras, la Milá defendía lo indefendible.

Con Carol también tuvo sus más y sus menos. Tras esas imágenes en las que la de Castro parecía mostrar más que un acercamiento hacía Gerardo y esa promesa de que le esperaría fuera, la morena se fue a la habitación de Arturo a calentar el ambiente. Esta situación no gustó a Gerardo que se limitó a decir “si hace con sus amigos es porque tiene muy pocos”. Parece que esa frase fue la que más daño hizo a la cántabra, que casi sin mirarle a la cara intentaba defenderse. Por cierto, Carol parece habitual de la movida logroñesa. El pasado domingo disfrutó de un partido de baloncesto en el Palacio de los Deportes de Logroño, pero un día antes, el sábado, tuvo tiempo para pasear palmito por una conocida discoteca logroñesa. En concreto, Carol estuvo en la sala “Norma”, donde se fotografió con numerosas personas que reconocieron a la ex concursante de Gran Hermano 11 al instante.

Tatiana parece haberse divorciado de hermano. Ya no quiere ni siquiera ser amiga de Gerardo. Mientras él sigue manteniendo que es una de las personas que más ha querido y que más quiere de la casa. Al parecer, al salir todos han dado la espalda al madrileño apoderardor que tendrá que esperar la salida de Saray para tener alguien que le quiera y le comprenda... si es que lo hace, porque esta semana nos hemos hartado de ver vídeos en los que Gerardo soltaba su perorata mientras una aburrida Saray lo miraba con cara de pocos amigos.

El momento más tenso de la noche se vivió cuando, tras ocupar el puesto de Mercedes, Tatiana intentó lidiar entre Arturo y Gerardo. Éste último, saltándose a la torera las peticiones de la rusa que intentaba mantenerlo sentado, se dirigió de un modo desafiante hacia el concursante de Irún, que aguantando la compostura no pudo más y gritó “no tengo ganas nada más que de darte un tortazo”. Fue entonces cuando la Milá recuperó su trono de presentadora e intentó poner una tregua entre los dos concursantes. Y es que, al parecer, a Gerardo le picó que Arturo sentenciase: “la única razón por la que te enfadaste con Tati cuando se lió conmigo es porque se metió en mi cama y no en la tuya”. Las verdades pican, querido.

Por otro lado, dentro de la casa se quedaron, por fin, los finalistas. Volvieron a cruzar el túnel secreto y reaparecieron en la primera casa de este Gran Hermano 11. Allí pasarán los últimos días del programa, hasta que el próximo miércoles la audiencia soberana decida quién es el ganador de esta edición. He de decir que aunque no me sorprendiese porque, repito, yo también creo que su historia es mentira, me quedé un poco mosca con la reacción de Saray a la salida de su amado. Cuatro lagrimillas, un te amo, y ¡a disfrutar de ser finalista! Desde luego...tan unidos y taaaan separados. Ángel, Saray y Pilarita , es la audiencia quien elige.

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