De Electrolux a Solaria, un culebrón sin final feliz

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¿Qué fue de Jose María, Lourdes, Francisco, Jesús o María? Todos ellos trabajaban en la planta que Electrolux, multinacional sueca dedicada a la fabricación de electrodoméstico de frío, tenía en Fuenmayor. Fueron ellos los que durante el año 2005 cortaron la carretera nacional que lleva a la planta para protestar por sus despidos. Ellos y otros 400 trabajadores más vieron como la deslocalización empresarial se llevaba sus puestos de trabajo de un plumazo. Pero aquel 17 de octubre de 2005, fecha en la Electrolux bajó la persiana en Fuenmayor para siempre fue el inicio de una historia en la que los intereses políticos han tenido un protagonismo importante.

En marzo de 2005, Electrolux anunciaba su intención de cerrar la fábrica de frigoríficos que tenía en Fuenmayor. En ella trabajaban 454 empleados fijos y 88 eventuales. Era un drama para la región no sólo por el importante número de personas que se quedaban sin trabajo sino porque para Electrolux trabajan muchas empresas locales. Electrolux se marchaba a Hungría -menos impuestos y sueldos más baratos- y comenzaba así un calendario de movilizaciones sindicales para evitar el cierre. El Gobierno de La Rioja salió al paso asegurando que haría todo lo posible para que la planta de Fuenmayor no se cerrara e incluso el presidente Pedro Sanz aseguraba que se habían mantenido contactos con el presidente Zapatero para encontrar la mejor solución posible al conflicto.

Y es que Electrolux había recibido seis millones de euros del Gobierno de La Rioja en calidad de subvenciones en 1997 para evitar el cierre. La presencia de dinero público parecía obligar a la mediación del Gobierno autonómico, de hecho Pedro Sanz fue el principal hacedor en la búsqueda de nuevas empresas que ocuparan los terrenos de Electrolux y recolocaran a los trabajadores de la planta.

Tras meses de movilizaciones por parte de los trabajadores, Electrolux cerraba sus puertas en octubre de 2005. Los más de 500 empleados abandonaban la planta con promesas de recolocación cuando otra empresa se hiciera con los terrenos. Pero esa es otra historia.

AMERICANOS, PROYECTOS Y DEMANDAS

Comenzaba a partir de entonces una verdadera puja por parte de varos proyectos empresariales para hacerse con la planta de Fuenmayor. El Gobierno de La Rioja apareció como valedor de uno de ellos: el proyecto del norteamericano Jason Ramsey y su empresa Rioja Energías Alternativas que suponía una inversión de 400 millones para crear dos plantas, una de reciclaje de papel y otra de placas solares. Se crearían 1.100 empleos. Pero el proyecto “apadrinado” por Pedro Sanz tenía otros dos competidores: Fernando Ortega, un empresario local que presentó el proyecto de Rioja Sun Valley Energy dedicado a la fabricación de de placas solares y acumuladores de energía y que pretendía crear unos 4.000 empleos. El tercero en discordia resulto ser Henry Forero, propietario de Rioja Sun Energy. Esta amalgama de cifras y siglas produjo no pocos titulares con amenazas de querellas al propio Gobierno de La Rioja y demandas entre empresas.

Finalmente, la sangre no llegó al río y julio de 2007, Electrolux llegaba a un acuerdo con Rioja Sun Energy para que retirara la demanda para recobrar el dinero de la fianza que había solicitado para hacerse con la propiedad de los terrenos. Este embrollo legal paralizaría la venta de los terrenos y el proceso de reindustrialización de la zona, por lo que Electrolux decidía zanjar a golpe de talonario (un millón de euros para Rioja Sun Energy s.A. y un incentivo de medio millón de euros adicionales para que la empresa desistiera de interponer más demandas) cualquier 'palo a la rueda' de la venta de los terrenos.

No fue hasta unos meses más tarde, en marzo de 2008, cuando el atolladero que dejaba Electrolux y al que se había entregado el Gobierno regional, vio la luz. Los contactos entre Pedro Sanz y la empresa manchega Solaria daban sus frutos y se formalizaba un acuerdo de compra entre la planta de placas solares y Electrolux en el que la primera invertía 80 millones de euros en el proyecto y crearía 700 puestos de trabajo en tres años.

El propio presidente Sanz vendió el acuerdo como un éxito personal que ponía fin, en un principio, a las malas gestiones anteriores con los tres proyectos fracasados. Solaria, en palabras del propio Sanz, contaba con total garantía y con él “el Gobierno de La Rioja cumplía con el compromiso de reindustrializar la planta de Electrolux tras un etapa muy dura, con muchos obstáculos”.

En esos momentos, el Partido Popular se felicitaba por el éxito y acusaba al PSOE de realizar una “política rastrera”. Los socialistas, por su parte, aseguraban tomarse “con cautela” la llegada de Solaria a Fuenmayor.

El Gobierno de La Rioja se anotaba un tanto y lo materializaba en un pleno del Parlamento de La Rioja celebrado el 14 de marzo de 2008 cuando Sanz aseguraga ante el hemiciclo que “Electrolux se llamará Solaria gracias al Gobierno del PP” y acusaba a la oposición de utilizar intereses partidistas “para deteriorar al Gobierno”.

El tema de Solaria tomó un cariz tan personalísimo para el presidente que fue él mismo quien acudió a un simbólico acto de entrega de llaves de Electrolux a Solaria y capitaneó una visita a la planta que Solaria tenía en Puertollano el 22 de abril acompañado por sindicatos y representantes político. Todo un símbolo del futuro crecimiento que sucedería en los terrenos de Fuenmayor.

¿LA HISTORIA SE REPITE?

Menos de dos años después, el proyecto de Solaria en Fuenmayor se desinfla. Ya sea por el cambio normativo que merma los beneficios de las empresas dedicadas a la energía solar o por la crisis económica, el hecho es que el proyecto estrella de reindustrialización de La Rioja no es apenas ni la sombra de lo que habían vendido. En todo este tiempo no se ha llegado a contratar ni a 40 trabajadores y en estos dos últimos años apenas han sacado producción de la planta. Los sindicatos, en negociación con la dirección para garantizar el mejor futuro posible a los 34 trabajadores afectados por el ERE, temen, sin embargo, que esto sea el principio del fin de Solaria en La Rioja.

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