Partidarios de Aristide exigen la salida de las tropas extranjeras

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La presencia de tropas extranjeras parece no gustar a algunos miembros de la sociedad haitiana. Así lo han expresado varios seguidores del ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, quienes han iniciado una campaña de movilizaciones para exigir la salida de las tropas extranjeras, principalmente estadounidenses y brasileñas, desplegadas en el país tras el terremoto.

La oposición a la presencia militar internacional se nutre principalmente de los seguidores de Aristide,

derrocado en 2004 y 1991 en sendas interrupciones del orden constitucional que atribuyen a la influencia de Washington, y tiene su base en barrios con Cité Soleil o Bel Air, donde las pintadas con la cara de Aristide conviven con grafitis de Bob Marley o Martin Luther King.

“Aristide construyó todo aquí, los brasileños lo destruyeron”

, afirmó un hombre llamado Jean en una de las ruinosas calles de Bel Air en declaraciones al corresponsal del diario brasileño Folha de Sao Paulo. Los brasileños constituyen el principal contingente de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH).

Una de las principales tareas de la MINUSTAH ha sido desarmar a grupos afines a Aristide entre 2004 y 2007. Los soldados brasileños “no son nuestros amigos”. “Matan a nuestro pueblo”, se lamentó un dirigente de Massa Popular, Vanel Louis Paul.

Sin embargo, está opinión no es generalizada. Otros sectores de Haití son más favorables a la presencia de la MINUSTAH, cuya dirección militar depende de Brasil, aunque el enviado especial del diario brasileño subraya que ese “sector radicalizado” existe, algo que tienen muy presente en la misión internacional. “No dejamos de vigilar atentamente y con preocupación la actuación de los partidarios de Aristide, pese a su posición de debilidad”, explicó el jefe de comunicación del batallón brasileño de la MINUSTAH, el coronel Alan Santos.

Todos los años los seguidores de Aristide se manifiestan el 28 de febrero en Puerto Príncipe para recordar el golpe de Estado contra Aristide de 2004 y pedir la salida de la MINUSTAH

. Este año contarán con unos 5.500 antiguos integrantes de grupos armados que pudieron escapar de las cárceles en el terremoto del 12 de enero.

Aristide se encuentra exiliado en Sudáfrica y reclama desde allí su retorno a Haití bajo la promesa de no presentarse a las elecciones presidenciales, que estaban planeadas para el próximo 28 de febrero. Sin embargo, su partido, Fanmi Lavalas, sigue contando con una importante influencia, sobre todo entre los haitianos más pobres. “Estamos en todo el país. El nuestro es el partido de la mayoría”, sostiene la presidenta del partido, Maryse Narcisse.

La dirigente de Fanmi Lavalas es más diplomática al hablar de los brasileños, aunque pide un calendario para su retirada, algo que la ONU sostiene que no ocurrirá hasta dentro de “muchos años”. “No podemos creer que la MINUSTAH se vaya a quedar para siempre. Necesitamos la solidaridad internacional, pero tiene que haber dignidad para nosotros”, afirmó Narcisse.

Por otro lado, el Ejército estadounidense ha anunciado que reanudará hoy los vuelos de evacuación de haitianos heridos graves a raíz del terremoto, según ha informado la Casa Blanca.

“Hemos recibido garantías de que hay capacidad tanto aquí como entre nuestros socios internacionales, por lo que se ha resuelto que podemos reanudar estos vuelos críticos”, explicó un portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.

Los vuelos militares de evacuación de heridos fueron interrumpidos el pasado miércoles por una disputa sobre dónde serían tratados y quién asumiría los costes.

Por su parte, Naciones Unidas continúa trabajando a pesar de las críticas recibidas por parte de los seguidores de Aristide. Así la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha solicitado a la comunidad internacional un total de 700 millones de dólares para invertirlos en el sector agrícola de Haití.

Con esta iniciativa se pretende reparar la infraestructura dañada por el terremoto, impulsar la producción de alimentos y crear empleos, ha señalado el especialista de la FAO para situaciones de emergencia, Javier Escobedo Urquizo. El experto recorrió Haití, donde hizo una evaluación preliminar de los daños.

“La constatación que hemos tenido es a varios niveles.

Sobre todo, en la zona sur, muy afectada, hábitat rural destruido, sobre todo en la zona de Logane. Las infraestructuras de riego están dañadas en parte, pero recuperables. En los canales de riego ha habido derrumbes y ha habido zonas donde el agua no pasa“.

Agregó que las autoridades haitianas estimaron que necesitan con urgencia 32 millones de dólares para comprar semillas, aperos y fertilizantes para que los campesinos comiencen a plantar en la próxima temporada de siembra que comienza en marzo.

Sin embargo, este no es el único ámbito que necesita de una intervención urgente. Tal como ha señalado el Coordinador de Ayuda Humanitaria de la ONU, John Holmes, todavía persisten los obstáculos en la distribución de alimentos y la logística.

Según Holmes, los servicios de salud, de distribución de agua y la cooperación entre las partes han mejorado, sin embargo, la comida sigue siendo insuficiente. “En los próximos días se entregarán alimentos a más de un millón de personas. Aunque ya hay algunos mercados que funcionan en Puerto Príncipe y otras localidades, mucha gente se queda sin comida”, dijo.

Por otro lado añadió que el aeropuerto de la capital funciona bien, pero sigue congestionado, y el puerto de la capital no se ha podido rehabilitar.

En ese sentido, instó a los países a utilizar aeropuertos en la República Dominicana

para sus envíos y resaltó la necesidad de que pongan rótulos en los cargamentos que expresen el contenido y los destinatarios de los bultos, para facilitar su distribución.

Un millón de haitianos sin hogar

También Naciones Unidas ha anunciado un balance provisional sobre el número de personas que tras sobrevivir al terremoto se han quedado sin hogar. Según la Organización Internacional par las Migraciones (OIM), alrededor de un millón de personas necesitan albergue en Haití, la mayor parte de ellas en Puerto Príncipe.

El portavoz de este organismo en Ginebra, Jean Philippe Chauzy, destacó que se está coordinando con el gobierno haitiano para identificar zonas que puedan ser transformadas en campamentos temporales, mientras se buscan soluciones más duraderas. “Es una operación muy compleja porque sabemos que las carpas van a ser inefectivas cuando llegue la temporada de lluvias y se necesitan estructuras más permanentes. Pero también es necesario determinar dónde se van a erigir, porque algunas zonas podrían quedar sumergidas en las próximas semanas o meses”, explicó el portavoz.

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