Gran Hermano 'el reencuentro': Nicky y Cristal, su nueva pareja, resultaron los expulsados

Los últimos días de la semana pasada estuvieron llenos de movimiento en la casa de Guadalix. Una noche de arrebato terminó con los huesos de Bea 'la legionaria' fuera de la casa. Lo hemos relatado aquí varias veces, así que me limitaré a decir que la compañera de Nicky perdió los nervios ante una Melania que desespera a cualquiera. “Piero, ven aquí, que vea tiene ganas de hablar y yo no quiero hablar de mi vida”, fue el desplante con el que empezó todo, “te voy a dar un consejo: deja de hablar de tu hijo”, sentenció Melania.

Y la bronca se desencadenó. Fuera de sí Bea recorrió todo los rincones de casa a voz en grito y derramando mares de lágrimas. Una reacción desmesurada que terminó con un castigo desmesurado: su expulsión. Nicky, supuestamente destrozado, ha seguido siendo durante estos días morador de Guadalix. Anoche entraba su nuevo compañero. Cristal, esa rubia de ojos azules que tuvo un affaire con Jonathan, se convertía en la nueva pareja de Nicky. Pero poco les iba a durar el encuentro. Reunidos en la sala de expulsiones con Ana Toro y Chiqui y con Amor y Andalla, eran los elegidos por sus compañeros para abandonar el programa.

El comienzo de la gala tuvo dos protagonistas indiscutibles: Imma y Bea. Entraron en la casa como amigas, amiguísimas y al salir se desencadenó la tempestad. En mi opinión, ambas en busca de platós, han acordado declararse la guerra fuera y vender que no se soportan. Las discusiones comenzaron en el Debate del pasado domingo, donde Imma aseguraba que Bea y los chófer de Telecinco habían tenido más que un viaje en coche juntos.Y volvieron los insultos y las faltas de respeto. Estas dos me agotan, ni un minuto más para ellas.

LA ENTREVISTA A LA LEGIONARIA

Bea comenzaba su entrevista con Mercedes describiendo a Melania: “Melania, la bruja de Guadalix”. “La oigo y no la aguanto”. Parece que esta edición tiene un lema: 'todos contra Melania'. Dentro de la casa sólo Amor la soporta.

Bea explicó como buenamente pudo qué pasó por su cabeza en los momentos previos a su expulsión, cómo Melania consiguió sacarla de sus casillas y cómo explotó. No hubo agresión física, pero la Milá aseguró que Gran Hermano no puede dejar pasar actitudes como las que esa noche se sucedieron.