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Primeras reacciones internacionales
La provincia de Quinghai, en el oeste de China, ha sufrido un terremoto de 7,1 grados. El balance de víctimas por el momento es de 400 muertos y más de 10.000 heridos. Por este motivo, la comunidad internacional ha comenzado a dar las primeras muestras de apoyo y solidaridad al país asiático.
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno ha trasladado su pésame al primer ministro chino, Wen Jiabao, a través de un telegrama. En el mismo, Zapatero expresa sus “condolencias y solidaridad” y las de todo el gobierno por las víctimas del seísmo. Además, el presidente ha ofrecido al primer ministro la ayuda necesaria a través del telegrama, “en estos momentos de profundo dolor sabe que cuenta, señor primer ministro, con España y con nuestra disposición a prestar la asistencia que considere necesaria”.
La Unión Europea también manda sus condolencias a China. El presidente de la Comisión, Jose Manuel Durao Barroso, asegura estar “profundamente impactado y triste”. Desde el Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, ha ofrecido su apoyo a las autoridades de China. Buzek confía en que las actividades de rescate permitan limitar el número de víctimas y heridos, y que éstos puedan recuperarse “rápida y totalmente”:
Por último, el Papa Benedicto XVI ha expresado que se siente “espiritualmente cerca” del pueblo chino tras la catástrofe. “Mi pensamiento va ahora hacia China y hacia las poblaciones afectadas por el fuerte terremoto”, asegura. Benedicto XVI pide la “común solidaridad” de todos para ayudar a los afectados.
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