Diamantes de moda

Rioja2

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El drama que vive el continente africano a causa de la desenfrenada expoliación de sus materias primas vuelve a llamar la atención de la comunidad internacional debido a la comparecencia de la modelo británica, Naomi Campbell, ante el Tribunal Especial para Sierra Leona. Campbell tuvo que declarar sobre un regalo que recibió en 1997 del ex presidente de Liberia, Charles Taylor. Se podría tratar un presente fuera de lo normal y de la legalidad: unos diamantes de sangre.

“Vi unas pocas piedras, eran unas piedras muy pequeñas y sucias”, aseguró la modelo durante su declaración, en calidad de testigo, en el juicio que se sigue en La Haya contra Charles Taylor. La modelo afirma que en ese momento desconocía la procedencia de las piedras y si eran diamantes, aunque admitió que “asumió” que eran un regalo del entonces presidente de Liberia.

Esta noticia que ha saltado a todas las cadenas de televisión y ocupado páginas de periódicos tan sólo se limita a la comparecencia de una supermodelo cotizadísima y famosísima en un tribunal internacional, pocos son los medios que se esforzarán por sacar a la luz la verdadera situación que viven muchos países africanos que no sólo sufren la expoliación de Occidente, sino también los conflictos que este mercado negro alimenta.

Sierra Leona, tierra de diamantes

En 1991 comienza en Sierra Leona el conflicto entre las autoridades del país y el Frente Revolucionario Unido (FRU),

quien logra derrocar temporalmente al Ahmad Tejan Kabah. Desde el estallido de la guerra se instaura en el país el terror, la violencia y la muerte, dejando paso así a una importante crisis humanitaria, con más de un millón de desplazados

Un golpe de Estado, unas elecciones democráticas y una nueva campaña de ataques del FRU hacen que el conflicto civil no haga más que continuar con el paso de los años. Además, al enfrentamiento se suman nuevos combatientes como el Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas (AFRC).

Pero como en todo conflicto duradero, la resistencia depende de múltiples factores, entre ellos, el sustento de los combatientes: alimentación, vestimenta y, sobre todo, armas. Para ello, nada mejor que comerciar con los diamantes que se encuentran en las zonas mineras controladas por dichas fuerzas. La materia prima es de calidad y está lejos de agotarse, sólo hay que encontrar un comprador que carezca de escrúpulos y pague el precio más conveniente.

Es en este momento cuando aparece Charles Taylor, el por entonces presidente de la vecina Liberia, quien supuestamente apoyó de forma activa a los grupos armados en Sierra Leona, sin dejar de lado el oscuro mercado del diamante.

Taylor está acusado por La Haya de fomentar la guerra civil que sufrió Sierra Leona entre 1991 y 2002 y de cometer crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Es el primer ex jefe del Estado enjuiciado por un tribunal penal internacional por crímenes cometidos en África. En total, sobre Taylor pesan once cargos, entre los que destacan los de asesinato, saqueos, esclavitud sexual y reclutamiento de niños soldados.

El ex presidente liberiano ha asegurado que estas acusaciones “no tienen sentido” y ha rechazado los once cargos de los que se le acusa.

Pero el proceso sigue adelante en el Tribunal Especial para Sierra Leona y el testimonio de la modelo, a pesar de la expectación causada, tan sólo es uno más de los muchos que se recogerán en dicha sala. Lo importante vendrá después, viendo como uno de los mandatarios africanos que se han manchado las manos con el tráfico de los denominados diamantes de sangre, cumple una condena penal impuesta por la comunidad internacional. En definitiva, observando como la justicia llega a los considerados más pobres, a países como Zimbabwe, República Democrática del Congo, Liberia o Angola, donde los diamantes, el cobre, el oro o el coltan hacen que sean objetivo de las grandes multinacionales y de personas sin escrúpulos.

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