El viñedo riojano presenta buena evolución en la maduración y equilibrio de la uva

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El Consejo Regulador comenzó el pasado lunes día 30 en la subzona de Rioja Baja el control de maduración de la uva, importante servicio que presta este organismo al sector con el objetivo de determinar la fecha idónea de vendimia en cada localidad y permitir así optimizar la calidad de los vinos. Los resultados de los análisis de las muestras recogidas por los veedores del Consejo permiten ofrecer un primer balance cualitativo de la situación actual y perspectivas de la cosecha 2010.

Según las conclusiones del primer Boletín de Maduración elaborado por el Consejo, lo más significativo en estos momentos es que el viñedo presenta una buena evolución de la maduración, con equilibrio de los distintos parámetros cualitativos de la uva, como color, acidez, grado alcohólico, etc.

Destaca igualmente en excelente estado vegetativo y sanitario, así como el hecho de que, frente al adelanto de unos diez días que presentaba la maduración en la pasada campaña, este año puede decirse que la evolución es normal en fechas, dentro de la media tradicional.

De acuerdo con el informe realizado por los servicios técnicos del Consejo Regulador, la evolución general del viñedo hasta finales de agosto ha sido buena en el conjunto de la Denominación, ya que el ciclo se ha desarrollado sin incidencias significativas, tanto de tipo climatológico, como de plagas y enfermedades.

El control de maduración de la uva, al servicio de la calidad del Rioja

El control de maduración de la uva es un importante servicio que el Consejo Regulador presta a todos los viticultores y tiene como finalidad facilitarles información técnica sobre las fechas de vendimia más adecuadas en cada localidad en función de la evolución del viñedo, aspecto fundamental a la hora de obtener la máxima calidad en los vinos elaborados.

En cuanto a la metodología que se sigue para la toma de muestras, se subdivide el territorio de la D.O. en 20 zonas vitícolas, dada la diversidad climática que presenta, coincidiendo la variación con su orografía y con la gradación progresiva de la altura del valle del Ebro, cuyas cotas van de 300 a 700 m. Los viñedos “testigo” -55 en total- se han elegido teniendo en cuenta su grado de representatividad de la zona en que se ubican, tomándose en cada uno de ellos 100 bayas de 33 cepas diferentes (dos bayas son del hombro y una del ápice de cada racimo).

Las muestras recogidas por los veedores del Consejo son analizadas en los tres laboratorios oficiales de la Denominación: Estación Enológica de Haro, Estación Enológica de Olite y Casa del Vino de Laguardia. Los parámetros analizados son los que, al alcanzar el equilibrio idóneo entre sí, permiten determinar el momento óptimo de madurez de la uva: peso de la uva, grado alcohólico probable, acidez total tártrica, pH, ácido málico, potasio, índice de polifenoles totales, antocianos e intensidad colorante.

El boletín de resultados publicado por el Consejo especifica la localidad y paraje en que ha sido tomada cada una de las muestras, dato que sumado al de variedad, altitud y año de plantación del viñedo “testigo” permite al viticultor establecer una comparación con sus propios viñedos en función de su ubicación y características. El Consejo realiza semanalmente este control hasta el comienzo de la vendimia en cada zona.

Evolución del ciclo vegetativo de la cosecha 2010

Durante la parada vegetativa las lluvias caídas en la Denominación son abundantes, oscilando desde los 194 litros de Aldeanueva de Ebro, Andosilla y Agoncillo, pasando por los 220 litros en Viana, Uruñuela y Casalarreina, los 300 litros en San Vicente, Labastida y Laguardia, hasta los 400 litros en Leza de Álava. Un aporte hídrico suficiente para el desarrollo del ciclo.

La brotación se inicia con normalidad a finales del mes de marzo, comprobándose a primeros de junio una brotación del 100% e índices de fertilidad y número de racimos normales en todas las variedades, algo superiores al año anterior en Tempranillo y Viura e inferiores en Garnacha. El estado vegetativo y sanitario es bueno en general en esta época.

La floración y el cuajado se desarrolla con cierto retraso durante el mes de junio, dando como resultado un buen cuajado, con predominio de racimos de tamaño medio alto. En la variedad garnacha el cuajado ha sido irregular y los viñedos de las zonas altas también han tenido un cuajado irregular.

Los últimos días de julio, en la zona más temprana de la denominación, el envero está al 40% en la variedad tempranillo, en un 10% el graciano y sin iniciarse en las demás variedades, lo cual representa al menos una semana de retraso sobre el año anterior.

En Agosto continúa el tiempo seco en general, con temperaturas especialmente irregulares, alternando días frescos con mínimas de 10º a 12º y máximas de 25º a 27º, con días de 33º a 37º de máximas y 20º a 22º de mínimas, y hasta mediados de mes no se completa el envero en el Tempranillo en las zonas más tempranas y en las cotas más bajas, una semana después en la zona media y en las zonas más tardías hasta final del mes. Las otras variedades tintas, a mediados de agosto, están en la Rioja Baja entre el 10% y 60% enveradas y el la Rioja Alta apenas se ha iniciado el envero.

Al final de agosto bajan las temperaturas nocturnas y el viñedo se encuentra con buen estado vegetativo y sanitario en general, soportando bien la falta de precipitaciones, aunque en los viñedos situados en zonas áridas y cascajosas se empieza a ver desfoliación basal.

En conjunto puede decirse que a lo largo del ciclo no ha habido incidencias significativas ni de tipo climatológico ni de plagas y enfermedades que hayan influido en la producción tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo.

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