Aldama asegura que el Gobierno riojano no controla el gasto ni impulsa la inversión

El secretario general del PSOE de La Rioja, Francisco Martínez-Aldama, ha afirmado esta mañana que el Gobierno regional “no controla el gasto corriente y no es capaz de impulsar la inversión, que incluso disminuye”.

El líder de los socialista riojanos ha analizado en comparecencia de prensa la ejecución presupuestaria en el primer semestre de 2010. Un periodo en el que el gasto corriente “está desorbitado” hasta aumentar 25 millones de euros más que el año pasado.

Ante ello, se ha preguntado por “quién controla el gasto del dinero de todos”, para a continuación señalar que “Sanz, no, porque se ha gastado 25 millones de euros más en publicidad y propaganda”. Ha señalado además que el consejero de Hacienda “está más preocupado por sus negocios patrimoniales que por velar por el dinero público”.

En el capítulo de inversiones, Martínez-Aldama ha señalado que han descendido en 12 millones de euros, algo que “es insuficiente”. “Nadie se preocupa por acelerar las inversiones que sirven para dar dinamismo y crear empleo”, ha añadido.

También ha indicado que han bajado en 23 millones de euros las trasferencias de capital. De hecho ha criticado que el Ejecutivo riojano “da más dinero a otros para que inviertan lo que no invierte él”. En este caso, ha señalado que “si otros ejecutan más que el Gobierno riojano para qué queremos diez Consejerías y 17 entidades públicas”.

En materia de ingresos, Martínez-Aldama ha reseñado que en el primer semestre del año han caído en 12 millones de euros los impuestos directos y 20 los indirectos, mientras las trasferencias de capital han aumentado en 11,5 millones de euros. Por ello, ha asegurado que los impuestos que dependen de Gobierno riojano “caen, mientras que los que dependen de otros Gobiernos aumentan”.

Ante ello, ha indicado que “hace falta otra política presupuestaria y alguien que controle el gasto y que priorice el interés general de los ciudadanos”. También ha afirmado que “estamos ante un Gobierno sobredimensionado en el que sobra el 30 por ciento”.