Amnistía Internacional pide a Iraq que no ejecute a Aziz

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Las ejecuciones en nombre de la Justicia siguen produciéndose en muchos países del mundo. Iraq, un país que intenta recuperarse de la invasión que sufrió en 2003 y de la que todavía hoy sufre sus consecuencias, es uno de esos lugares.

Ayer se conocía la condena a muerte del que fuera viceprimer ministro del gobierno de Sadam Hussein, Tareq Aziz, acusado de crímenes contra la Humanidad al haber perseguido a los partidos islámicos iraquíes. Ante esta noticia, la organización defensora de los derechos humanos, Amnistía Internacional (AI) ha pedido a las autoridades iraquíes que suspendan su ejecución, ya que supondría “regresar a formas de castigo previas a la invasión extranjera”.

El director de AI para Oriente Próximo y el norte de África, Malcolm Smart, recordó en un comunicado que “el régimen de Sadam Hussein era sinónimo de ejecuciones, tortura y otras violaciones de los Derechos Humanos”. “Es vital que la pena de muerte, la negación última de los Derechos Humanos, nunca se use, independientemente de la gravedad del delito”, agregó.

Desde la ONG, se pide al actual gobierno iraquí que “pase página” y conmute las penas capitales ya anunciadas y que penden sobre “varios cientos” de personas. La condena a muerte fue suspendida tras la invasión del año 2003, aunque se restauró en agosto de 2004. Desde entonces cientos de personas han sido ejecutadas o condenadas.

Por su parte, el abogado de Aziz ha calificado el veredicto de “político” y ha adelantado que prevé apelarlo.

Aziz se entregó a las fuerzas estadounidenses en abril de 2003 (semanas después de la invasión) pero fue entregado a las autoridades penitenciarias iraquíes ese mismo año. En agosto pasado, acusó al actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en una entrevista concedida desde su celda al diario británico The Guardian de “dejar Iraq a los lobos” por los planes de retirada de Washington.

En dicha entrevista, también había defendido su inocencia. “Todas las decisiones las tomaba el presidente Sadam Hussein. Yo tenía un cargo político, no participé en ninguno de los delitos que han sido formulados personalmente contra mí. De las cientos de denuncias, en ninguna de ellas se me menciona personalmente”, subrayó.

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