La recuperación económica cubana, frenada por el descontrol

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Los cambios que ha introducido el régimen cubano de Raúl Castro en materia económica parecen dar sus primeros frutos. Así, según la última declaración del ministro de Economía del país caribeño, Marino Murillo, Cuba ha cumplido algunos de sus objetivos económicos en 2010 pero su recuperación sigue viéndose frenada por el descontrol, la baja producción y la dependencia de las importaciones.

En un debate en el Parlamento cubano transmitido por la televisión pública, Murillo dijo que se ha conseguido que este año el PIB haya crecido en la proporción prevista. El ministro había pronosticado un crecimiento económico del 1,9 % para 2010 y esa cifra es la que ha publicado esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Sin embargo, Murillo describió un panorama sombrío de mala planificación y oportunidades de negocios perdidas para Cuba. “Hay que tener mucha disciplina, porque si no, no ordenamos esta economía. Son momentos de mucha indisciplina”, manifestó.

Según Murillo, Cuba ha logrado reducir en 2010 su enorme gasto público, ordenar su deuda y controlar mejor el ingreso de divisas. Aun así, advirtió, la importación de alimentos continúa siendo un importante lastre para la economía cubana y se cree que absorberá unos 1.600 millones de dólares en 2011.

Las deficiencias de producción han hecho que este año el país haya dejado de percibir 120 millones de dólares por oportunidades perdidas en la exportación de níquel y 65 millones en la exportación de azúcar, añadió.

Por otro lado, el ministro señaló que la productividad del trabajo aumentó un 4,2 % en 2010, y los salarios medios, un 4,4 %. “Es un buen síntoma, porque llevábamos varios años sin resolver ese problema”, dijo.

Por su parte, Raúl Castro, presente en el debate, ha dicho que su prioridad es resucitar la frágil economía cubana para garantizar la supervivencia del sistema socialista instalado tras la revolución de 1959. Castro anunció este año una serie de reformas económicas que incluyen la eliminación de 500.000 empleos públicos y la expansión del pequeño sector privado.

El estado de salud de Fidel

Por otro lado, una nueva información procedente de los documentos de la diplomacia estadounidense filtrados por Wikileaks se ha hecho pública implicando, esta vez, al líder de la Revolución Cubana y ex presidente del país, Fidel Castro.

Según la documentación, Fidel Castro sufrió, en julio del año 2006, una grave hemorragia intestinal mientras viajaba en avión entre Holguín y La Habana, pero rechazó una cirugía que habría limitado su actividad pública.

Uno de los documentos, fechado en marzo de 2007 y recogido por el diario El País , describe que el avión en el que iba Castro y en el que no viajaba ningún médico tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia a causa de una hemorragia derivada de una diverticulitis de colon.

El entonces presidente cubano, que ahora tiene 84 años, sufría una perforación del intestino grueso por la cual necesitaba una colostomía a la que Castro se opuso “caprichosamente”. En cambio, prefirió la eliminación de la parte infectada y el empalme del intestino al colon, lo que terminó fallando. “Tuvieron que operarle de nuevo, pero se toparon con una fístula cuya existencia desconocían”, añade.

El jefe del equipo médico que respaldó la primera decisión de Castro, Eugenio Selman, fue sustituido del cargo después de la llegada a Cuba del médico español José Luis García Sabrido, quien puso de manifiesto “que lo correcto hubiera sido una colostomía”. Durante el tratamiento, Castro perdió alrededor de 18 kilos y necesitó ser alimentado por suero.

A partir de estos hechos, los cables de la Sección de Intereses de Estados Unidos (que carece de Embajada en Cuba) especulan con la posible evaluación de la salud del mandatario, que siempre se ha tratado en Cuba con especial secretismo.

Los documentos plantean que “Castro sufrirá un inevitable deterioro de sus facultades mentales hasta el momento de su muerte”, pero al mismo tiempo subrayan que no morirá “inmediatamente”. Aunque el dirigente “casi se muere en julio y octubre de 2006”, “nos faltan demasiadas variables para predecir cuántos meses más vivirá”, señala. “Ni el propio Castro puede determinarlo”.

De cara al fallecimiento, Estados Unidos no prevé un escenario de conflicto social ni variaciones de la seguridad nacional, según expone otro cable titulado ¿Qué pasará cuando él muera?. En esta situación, Estados Unidos entiende que las autoridades pondrán especial énfasis en “asegurar que la sociedad cubana entienda que Raúl y el resto del gobierno permanezcan al mando”.

La Sección de Intereses “ha revisado sus procedimientos ante la muerte de Fidel y está preparada para afrontar potenciales contingencias”.

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