Videla, condenado otra vez a cadena perpetua

La dictadura militar que vivió Argentina entre 1976 y 1983 sigue teniendo a día de hoy consecuencias, sobre todo para los responsables de los crímenes que se cometieron en este período. En esta línea, el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba ha condenado a cadena perpetua a los ex represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez, tras ser hallados culpables de delitos de lesa humanidad contra 31 opositores que murieron en la dictadura.

Esta es la segunda cadena perpetua que recae sobre el ex dictador Videla , de 85 años, y la quinta para el ex general Menéndez, de 83, quien actualmente disfruta del beneficio de prisión domiciliaria por su delicado estado de salud.

El tribunal también ha establecido que los dos ex represores deberán cumplir su condena en una prisión común. Una junta médica determinará si Menéndez está en condiciones para pasar sus últimos años de vida en una cárcel dependiente del Servicio Penitenciario Nacional de Argentina.

Los jueces Jaime Díaz Gavier, Carlos Lazcano y José Pérez Villalobo condenaron también a otros 28 ex represores a los que encontraron culpables de los delitos de tormentos, homicidio y privación ilegal de la libertad. Videla, juzgado en calidad de presidente de la junta militar, ha sido considerado el “autor mediato de la imposición de tormentos agravados y homicidio calificado por alevosía”, entre otros cargos.

Videla había sido sentenciado por otras violaciones a los Derechos Humanos en el marco del histórico juicio a las Juntas Militares celebrado en 1985. Pero cinco años después recobró la libertad gracias a un indulto del entonces presidente Carlos Menem, beneficio que perdió en 2005 cuando la Corte Suprema de Argentina declaró esta resolución como inconstitucional.

Anterirormente Videla había justificado los hechos de represión, alegando que Argentina estaba sumida en “un conflicto bélico interno” por aquella época que obligó la intervención de los militares, quienes, a pesar de la situación, libraron “una guerra justa”.

“Asumo con plenitud mis responsabilidades. Mis subordinados se limitaron a cumplir órdenes”, dijo el ex dictador. “Esta guerra usaba la fuerza contra el enemigo que intentaba modificar la forma de vida de la sociedad argentina. Además, contó con el apoyo mayoritario de la ciudadanía, que se sintió aliviada”, ha asegurado al justificar sus acciones.

Más condenas

Sin embargo, esta nueva condena contra Videla y Menéndez no es la única que se ha producido en los últimos días. Otro tribunal argentino condenó a cadena perpetua a doce represores de la dictadura militar por los 181 crímenes de lesa humanidad cometidos en el circuito de centros clandestinos de detención Club Atlético-Banco-Olimpo (ABO), mientras que otros cuatro fueron sentenciados a 25 años de prisión y uno de los imputados fue absuelto.

Los condenados a la pena máxima son policías que trabajaron en estos centros, a quienes el tribunal consideró “partícipes necesarios” de los crímenes probados que se cometieron en dicho circuito. Entre ellos se encuentra Julio Simón, un torturador conocido como El Turco Julián, que ya había sido sentenciado a 25 años de cárcel por su implicación en la desaparición del matrimonio Poblete- Hlaczik y el robo del bebé que esperaban.

Con penas menores fueron sancionados los tres ex agentes de Inteligencia militar

que estaban imputados y un comisario que, según reza el fallo, cooperaron en la comisión de estos delitos pero su participación no fue decisiva para que finalmente se produjera el resultado.

Todos ellos han sido condenados por los delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio referidos a 181 de las al menos 1.500 personas que permanecieron detenidas en el circuito de ABO, que comenzó a funcionar en marzo de 1976 y se cerró en 1978, según informó la agencia Télam.

En cambio, el tribunal decidió absolver al policía Juan Carlos Falcón, ya que en ninguna de las audiencias celebradas en los últimos trece meses para escuchar los testimonios de las partes se han aportado pruebas concluyentes de la participación del agente en dichos sucesos.