Deseos para el 2011 de las personas con discapacidad

Rioja2

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El empleo, la estabilidad emocional y la buena salud son los tres deseos predominantes en la encuesta realizada por la Fundación Adecco a personas con discapacidad “¿Qué tres deseos le pides al nuevo año?” Este estudio se ha fundamentado en las respuesta de 415 hombres y mujeres del colectivo de entre 18 y 30 años de edad, parados y ocupados en el ámbito nacional.

La respuesta que ha estado por encima de todas ha sido el empleo, según Francisco Mesonero, Director General de la Fundación Adecco “este resultado no es novedoso si los comparamos con la población general…Sin embargo, para las personas con discapacidad este activo cobra una importancia aún mayor”.

Las expectativas para el año que viene marcan pequeñas diferencias en porcentajes entre el sector ocupado y el parado. En este sentido un 80% de las personas encuestadas paradas piden encontrar trabajo el año que viene para poder realizarse personal y profesionalmente, frente al 53% de los ocupados que quieren mantener su trabajo el año que viene y el 25% encontrar uno mejor. Ambas respuestas han sido las mas abundantes en los dos colectivos.

Muchas de las personas con discapacidad desempleadas, en concreto el 55,4% declaran que su discapacidad esta siendo el principal obstáculo en la búsqueda de trabajo y el 44,6% cree que es la crisis la principal traba que afecta a todos por igual.

Las personas con discapacidad, en cuanto a empleo se refiere, tienen claro que no piden nada inalcanzable y que son los agentes sociales los que pueden satisfacer estas expectativas, comenzando con el gobierno seguido de las empresas y de los medios de comunicación.

Los portales de empleo han sido los más utilizados por este colectivo para buscar trabajo, otras fuentes que utilizan por orden de preferencia son las entidades y fundaciones especializadas, el INEM, y por último las redes sociales como Facebook.

Otras aspiraciones que se han hecho presentes en la encuesta es la estabilidad emocional, un 29% en el sector parado frente al 39% de la personas con empleo. Según Pilar González, Responsable de Organización, Desarrollo y Calidad de la Fundación Adecco y Pedagogía, “este resultado confirma la teoría expuesta en la pirámide de Maslow. Una vez que hemos cubierto nuestras primeras necesidades de seguridad, nuestro propósito es satisfacer nuestras necesidades sentimentales”.

El resto de preocupaciones y deseos de ambos grupos oscilan en torno a su discapacidad y la salud, quieren progresar para ser más autónomos; más ayudas para las personas con discapacidad, “somos demasiado diversos para que nos metan a rodos en el mismo saco” dice una mujer de 49 años que proclama estas ayudas. Y en menor cantidad las respuestas han ido destinadas al bienestar familiar, la mejoría del nivel de estudios y formación y la erradicación de problemas sociales como terrorismo, crisis económica o mejora del medioambiente.

Las personas con discapacidad en lo que a empleo se refiere, tiene claro que no piden nada inalcanzable y que son los agentes sociales lo que pueden satisfacer estas expectativas, comenzando con el gobierno seguido de las empresas y de los medios de comunicación.

Ayudas para la sensibilización

También en esta encuesta queda reflejado otro deseo compartido por todo el colectivo de personas con discapacidad. Se trata de la mejora de las ayudas externas para que favorecer una plena integración, las cuales, según la mayoría, deben de ir orientadas a la sensibilización. Para ello ven necesario eliminar los anacronismos que hacen perdurar la creencia de que las personas con discapacidad son menos válidas e inferiores.

Un 10% ha señalado que esta iniciativa tiene que acabar con la palabra minusválido del vocabulario sustituyéndola por personas con discapacidad, “etimológicamente, minusválido quiere decir menos válido y nosotros no valemos menos que los demás” declara un hombre de 40 años.

El colectivo también cree que se deben destinar más recursos económicos al ámbito laboral y más ayuda estructural y de accesibilidad para poder llevar una vida normalizada.

A todos estos puntos les ven un futuro optimista, ya que aunque un alto porcentaje piensa que queda camino por andar también afirman que cada vez tienes más presencia en la vida social y laboral. Tan sólo una menor parte de los encuestados denuncian que no gozan de las mismas oportunidades que el resto de la población y que están expuestos a la discriminación. “Para que se nos vea como los demás la sociedad tiene que dar un giro de 180º” asegura una mujer de 36 años.

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