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El turno de Mubarak

Rioja2

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La sed de cambio parece no ser algo exclusivo de los tunecinos. Tras el derrocamiento del régimen de Ben Ali en Túnez, otros países del mundo árabe han tomado ejemplo y han salido a sus calles para pedir un verdadero cambio social que acabe con la desigualdad y la corrupción. Este es el caso de Egipto, donde en pocos días miles de ciudadanos han salido a las calles desafiando el toque de queda impuesto por las autoridades y pidiendo el fin del gobierno de Hosni Mubarak, quien lleva 30 años en el poder.

Sin embargo, las posibilidades de lograr un cambio en Egipto no parecen tan claras como en Túnez. La posición geoestratégica de la nación egipcia y su papel en el conflicto palestino-israelí hacen temer a terceros por un posible cambio de gobernantes. A pesar de ello, los ciudadanos egipcios parecen decididos a luchar y saltan a las calles al grito de ¡Abajo Mubarak! Sólo el transcurso de los acontecimientos revelará hasta qué punto el ansiado cambio es posible en Egipto.

La plaza de la Liberación

La plaza Tahrir o plaza de la Liberación, en el centro de El Cairo, ha sido el escenario escogido por los manifestantes para llevar a cabo sus protestas contra Mubarak. Allí, este lunes se han reunido más de 250.000 personas, según informa la cadena panárabe Al Jazeera. De esta manera, los ciudadanos han desafiado un día más el toque de queda instaurado por el presidente y que prohíbe permanecer en las calles sin autorización entre las 15.00 horas y las 8.00 horas de la mañana.

Pero este no es el único pulso que deberá mantener Mubarak con sus ciudadanos. El Movimiento Opositor 6 de Abril ha convocado una gran manifestación para este martes en la capital para forzar la dimisión del presidente, según ha recogido también Al Jazeera. El objetivo de los convocantes es reunir a más de un millón de personas en la capital, algo que podría ocurrir fácilmente ya que sólo en El Cairo viven alrededor de 18 millones de personas.

El Movimiento del 6 de Abril es una red juvenil surgida a través de Facebook y cuyo nombre rinde homenaje a los miles de egipcios que apoyaron en abril de 2008, a través de Internet, las movilizaciones laborales del Delta del Níger contra el aumento de los precios.

De momento la situación permanece en relativa calma, pero no se descarta la intervención de la policía y el Ejército. En este aspecto las informaciones son contradictorias pues podría haber militares que se negarán a utilizar la fuerza contra los manifestantes.

Sin embargo, en este contexto de protestas e inestabilidad tampoco se descartan nuevas detenciones. De hecho, al menos 50 detenidos durante las protestas han sido llevados ante fiscales militares y están siendo interrogados, según ha informado el Hisham Mubarak Law Center.

“Todavía no podemos confirmar los cargos pero lo más probable es que fueran detenidos por violar el toque de queda en la plaza Tahrir el domingo”, ha indicado el director de este organismo de defensa de los Derechos Humanos, Ahmed Seif al Islam, en declaraciones al portal Daily News Egypt.

Los detenidos, según Seil al Islam, se encuentran en la oficina de la Fiscalía Militar, en el barrio de Ciudad Nasser de la capital. El Hisham Mubarak Law Center está a la espera de conocer los detalles de la investigación para ver qué procedimientos legales emprende.

Por el momento no hay una cifra oficial del número de personas detenidas durante la ola de protestas que comenzó el pasado martes en Egipto. La semana pasada, antes de que la protesta se intensificara el viernes, grupos de defensa de los Derechos Humanos habían hablado de un millar de detenidos.

Pero esto no es todo. Las protestas y las detenciones han venido acompañadas de actos delictivos que minan el objetivo de los manifestantes. Varios almacenes que contienen objetos antiguos han sido saqueados por personas que han robado y dañado algunos de ellos, según han informado arqueólogos y empleados de los depósitos. Sin embargo, informaciones como la aparecida en Afrol News señalan al presidente Mubarak como incitador de estos saqueos, para infundir inseguridad entre la población y mostrarse como único controlador del caos.

Oposición y gobierno

Mientras esto se sucede, la oposición sigue escalando posiciones contra Mubarak y su gobierno, a través del apoyo a las protestas. En esta línea están los últimos movimientos de los Hermanos Musulmanes, quienes están intentando crear un comité político “amplio” que incluya al reconocido opositor Mohamed El Baradei y cuyo principal objetivo sería “negociar con el Ejército”, según declaró un dirigente de la organización, Essam el Erian.

“Estamos discutiendo la formación de un comité de negociación amplio para asuntos políticos que incluya al doctor El Baradei, que refleje la voluntad del pueblo y que negocie con el Ejército”, declaró El Erian a Reuters. “Los Hermanos Musulmanes no toman decisiones por sí mismos sin contar con las fuerzas nacionales”, añadió.

Por su parte, Ali ElBaradei, hermano del antiguo director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y Premio Nobel de la Paz en 2005, aseguró que “nadie” se ha puesto de momento en contacto con Mohamed para hablar sobre “la creación de ese comité”.

Sin embargo, esta postura amable y de diálogo con todas las fuerzas del país que han expresado los Hermanos Musulmanes no es compartida por el actual presidente del país, quien ha acusado a éstos en la televisión estatal de haberse “infiltrado” entre los “ciudadanos y jóvenes que se manifiestan pacíficamente”.

“Los ciudadanos y los jóvenes de Egipto han salido a las calles para manifestarse pacíficamente, en un ejercicio de su libertad de expresión”, afirmó Mubarak, en unas declaraciones emitidas por la cadena de televisión estatal Nilo TV, citadas este lunes por la CNN. “No obstante, en sus manifestaciones se ha infiltrado un grupo que utiliza el nombre de la religión y que no tiene ningún respeto hacia los derechos constitucionales y los valores ciudadanos”, agregó.

“El momento actual requiere que reorganicemos las prioridades del país de forma que se reconozcan las demandas legítimas del pueblo”, afirmó Mubarak en su declaración televisada. En ese sentido, pidió a los miembros del nuevo gobierno (nombrado tras los primeros días de protestas) que busquen “el diálogo al máximo nivel con todas las partes” con vistas a lograr “un proceso democrático”, que combatan “cualquier forma de corrupción” y que den “nuevos pasos serios y efectivos hacia las reformas políticas, constitucionales y legislativas”.

A pesar de estas nuevas declaraciones que apuestan por el diálogo, los egipcios parecen no querer aceptar la propuesta del mandatario, pues apuestan por la salida directa de Mubarak de la presidencia. En esta línea se ha manifestado el actor egipcio Omar Sharif, quien se ha sumado a los ciudadanos que exigen la dimisión de Mubarak, por considerar que no ha mejorado las condiciones de vida de la población en los 30 años que lleva en el poder, que “son suficientes”.

En declaraciones a la emisora de radio France Inter, el actor ha asegurado que “el presidente debería haber dimitido”. “Dado que el pueblo egipcio entero no lo quiere y que ha estado en el poder durante 30 años, ya son suficientes”, ha añadido. A su juicio, “el presidente no ha mejorado el nivel de vida de los egipcios”, puesto que “hay algunas personas muy ricas, puede que un 1 por ciento, y el resto son pobres que intentan conseguir comida”.

Sin embargo, Sharif tampoco se ha mostrado partidario del poder que están adquiriendo los Hermanos Musulmanes. “No quiero a los Hermanos Musulmanes”, ha admitido. “Antes estaban atrapados y ahora están empezando a salir. Tienen el apoyo de un 20 por ciento de la población y eso me parece aterrador”, ha señalado.

Reacciones de la comunidad internacional

Desde la comunidad internacional los distintos Estados y organizaciones internacionales observan los acontecimientos con temor y se muestran cautos en sus declaraciones. Así, el primer ministro británico, David Cameron, ha advertido de que la represión contra las manifestaciones antigubernamentales podría “terminar mal”, aunque no quiso pedir la dimisión del presidente Mubarak.

“Es muy importante que ya sea el presidente Obama o yo, no digamos quién debe gobernar este o cualquier otro país”, ha afirmado Cameron en declaraciones a la BBC. “Lo sensato es decir que hay elección. Esta represión, si es lo que eliges, terminará mal para Egipto, mal para el mundo. Es la elección equivocada”, agregó.

En esta línea también se ha manifestado el gobierno de Estados Unidos, no sólo a través de su presidente, Barack Obama, sino también mediante su secretaria de Estado, Hillary Clinton. La jefa de la diplomacia estadounidense ha instado a las autoridades egipcias a liderar una “transición ordenada y pacífica hacia las reformas democráticas y económicas”, según un comunicado divulgado por el Departamento de Estado.

“Estados Unidos quiere ver un gobierno egipcio que responda a los legítimos derechos de la población y a la creación de un proceso para atender las frustraciones y conciliar las distintas demandas”, dijo Clinton en declaraciones a la CNN.

La secretaria de Estado recordó que Egipto es una aliado histórico de Estados Unidos en la región, por lo que ofreció la ayuda de la Casa Blanca para adelantar cualquier proceso de reformas democráticas y económicas impulsado por las autoridades egipcias.

“Estados Unidos trabajará con el gobierno existente, ya sea el presidente Mubarak, el vicepresidente Suleiman, el nuevo primer ministro o representantes de un futuro gobierno,

para ayudar a implementar las reformas que el presidente describió en su discurso“, dijo Clinton.

Por otro lado, uno de los países de la región que parecen más preocupados por la situación de Egipto es Israel. El gobierno israelí de Benjamín Netanyahu se ha puesto en contacto con los representantes de Estados Unidos, China, Rusia y diversos países europeos para pedirles que suavicen sus críticas al régimen de Mubarak y transmitirles la necesidad de preservar “la estabilidad en Egipto”.

Fuentes oficiales citadas por el diario israelí Haaretz indicaron que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel remitió el pasado sábado por la noche un cable diplomático especial a las Embajadas de Estados Unidos, Canadá, China, Rusia y varios países europeos.

En el cable, según las citadas fuentes, Israel pide a las legaciones diplomáticas que transmitan “lo antes posible” a sus respectivos gobiernos la importancia de preservar “la estabilidad en Egipto”.

Mientras estos terceros Estados deciden que hacer frente a la revolución social que está viviendo Egipto, los ciudadanos de este país mantienen su intención de salir a las calles para pedir un cambio que responda a sus peticiones: trabajo, paz y libertad.

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