División entre los familiares de los presos de ETA

Europa Press

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Familias de presos harán oficial próximamente el nacimiento de una nueva asociación que romperá la unidad del colectivo. Parientes de presos críticos con la violencia actuarán al margen de la disciplina etarra reivindicando su espacio y el de sus internos frente al rechazo social que provocan las deserciones en prisión, informaron a Europa Press fuentes cercanas a este movimiento asociativo que indicaron que está organización la integrarán varias decenas de parientes.

Estas mismas fuentes explican que el proyecto responde a varios años de trabajos y conversaciones entre las familias de los presos que a lo largo de los últimos tiempos han optado por desvincularse de la violencia, romper con el EPPK (siglas en euskera de Euskal Politikoa Presoak Kolectiboa) y renunciar a los abogados facilitados por ETA. De hecho, familiares de los participarán en la nueva asociación ya realizaron actos públicos en el pasado, aunque no como asociación.

Bajo el paraguas de este movimiento se integrarán familias de internos que cumplen condena en cárceles repartidas por toda la geografía española además de los centros penitenciarios en los desde hace años el Ministerio del Interior agrupa a gran cantidad de reconocidos ex etarras. Es decir, más allá de los casos conocidos de Nanclares de la Oca (Álava), Zuera (Zaragoza) o Villabona (Asturias), también hay familias de presos que actualmente cumplen condena en prisiones del sur de España, apuntan las mismas fuentes.

Se trata de familias que en los últimos tiempos han sufrido el desgaste social y el desprecio de un entorno que entiende las disidencias en prisión de los suyos como un acto de traición. En ese sentido, buscan tener voz propia a parte del EPPK y reivindicar el papel de sus presos de cara obtener beneficios penitenciarios o ante un hipotético proceso de reinserción general para los presos por terrorismo.

Este nacimiento supone un desafío más a la obediencia incondicional que ETA impone en las prisiones. Desde que comenzó el goteo de casos de etarras que hacían público su arrepentimiento, el entorno de la banda ha luchado por convencer a sus presos de que la solución a su situación tendría que ser general y común a todos evitando rupturas en un colectivo que ha perdido la cohesión de etapas anteriores.

Especialmente frustrante para los presos de ETA fue la ruptura de la tregua de 2006 donde los internos recriminaron a la dirección de la banda el no haberles tenido en cuenta a la hora de tomar esa decisión que puso fin a cualquier esperanza de cambiar su situación.

El anuncio del nacimiento de Familiarrak se produce tan sólo dos días después de que el EPPK anunciase su respaldo al “importante” Acuerdo de Gernika y trasladase su deseo a los firmantes del mismo para sumarse a la interlocución y entablar unas “relaciones normalizadas”.

“No todos están de acuerdo con el EPPK”

En una nota remitida a Gara en la que no hace referencia al alto el fuego anunciado por ETA a principios de año, el Colectivo de Presos reiteraba su disposición a actuar como “agente político activo” en la resolución del conflicto vasco, tal y como ya hizo en otro comunicado hecho público el día de Nochebuena.

La irrupción de Familiarrak ha sido saludada por Aralar cuya portavoz, Aintzane Ezenarro, ha asegurado que la pretensión de esta asociación es “plantear su propia visión política” y manifestarse sobre “lo que debería de ser para avanzar un proceso de paz irreversible”.

“Indica, también, que no están todos de acuerdo con la línea que marca EPPK y Etxerat y, por tanto, sí es una novedad política, pero hay que admitirla con la normalidad que vivimos otro tipo de espacios sociales”, ha dicho.

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