Primeros pasos para cambiar el nombre a las provincias vascas

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El Congreso ha dado el primer paso para cambiar la denominación oficial de las tres provincias vascas, de manera que pasen a llamarse Araba/Alava, Gipuzkoa y Bizkaia. Lo ha hecho aceptando la tramitación de una proposición de ley del PNV para lograr esta histórica reivindicación del nacionalismo vasco y tras un debate en el que el PSOE tuvo que oír varios reproches por aceptar ahora una iniciativa a la que venía negándose sistemáticamente en los últimos años.

El texto ha sido tomado en consideración con los votos del PSOE, los partidos nacionalistas y la izquierda minoritaria. No ha recabado, sin embargo, el apoyo del PP ni de Unión, Progreso y Democracia, que han votado en contra.

La última vez que el Pleno del Congreso debatió sobre este tema fue el pasado mes de julio en el marco del Debate sobre el estado de la Nación. Entonces PSOE y PP unieron sus votos para rechazar las pretensiones nacionalistas y los socialistas esgrimieron que sólo podrían asumir esa reivindicación siempre que fuese para incorporar la nomenclatura en euskera, pero no para sustituir la denominación en castellano.

Sin embargo, esta tarde el PSOE ha apoyado la tramitación porque el cambio de denominación de estos territorios forma parte del acuerdo cerrado a finales de 2010 entre socialistas y nacionalistas que, más allá del pacto presupuestario y el apoyo a las reformas económicas, incluyó temas relacionados con otros ámbitos como el traspaso a Euskadi de las políticas de empleo.

El trámite de este martes supone simplemente tomar en consideración la iniciativa, de manera que el texto podrá ser enmendado por el resto de grupos durante su tramitación parlamentaria. De momento, el PP ya ha anunciado que pedirá que las provincias vascas puedan nombrarse en euskera pero conservando también el nombre en castellano.

El portavoz adjunto del PNV, Aitor Esteban, que repasó los precedentes de A Coruña, Ourense, Girona, Lleida e Illes Balears, reclamó que su iniciativa se tome en consideración “con naturalidad” y que todos los poderes del Estado y los medios de comunicación acaben aceptando lo que determinen las Cortes.

“Se hizo el milagro”

En nombre del grupo ERC-IU-ICV, el diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, destacó el cambio de opinión del PSOE y se felicitó de que se haya “hecho el milagro” y “por arte de birlibirloque donde antes dijo digo ahora digo Diego”. Tras rechazar la “castellanización a ultranza” que, según dijo, ha dado lugar a diversas “traducciones ridículas”, también reprochó al PP que niegue para Euskadi lo que, por ejemplo, si aceptó para Galicia.

El popular Alfonso Alonso justificó su rechazo al texto alegando que “lo que es normal es el plurilingüismo, el multilingüismo y la convivencia” y no la “erradicación de una de las dos lenguas” en la denominación de las provincias vascas.

Alonso aclaró a Llamazares que el PP votó a favor del cambio de nombre de dos provincias gallegas porque así lo había solicitado por unanimidad el Parlamento gallego y explicó que la fórmula que defiende su partido es la que se instauró en la Comunidad Valenciana, donde son oficiales tanto la denominación de las provincias en castellano como en la lengua cooficial.

Adiós a una coherencia de 30 años

El diputado del PP recordó que en 1997 ya se tomó en consideración una iniciativa similar con el aval de todos los grupos y que entonces PSOE y PP coincidieron al defender en sus enmiendas la compatibilidad de las dos lenguas oficiales, es decir, que las provincias vascas se nombren tanto en euskera como en castellano, dependiendo del idioma que se utilice.

Aquella proposición caducó por falta de acuerdo al acabarse la legislatura y en 2006 el PNV volvió a plantearla. Sin embargo, su toma en consideración no se llegó a votar, ya que los nacionalistas prefirieron retirarla ante el anuncio de PSOE y PP de que volverían a presentar las mismas enmiendas que nueve años antes.

Alonso retomó el argumento que en aquel debate esgrimió la socialista Pilar Unzalu quien llamó a no “aferrarse al monolingüismo impositivo” que, a su juicio, defienden los nacionalistas vascos y echó en cara al PSOE que haya “enterrado una coherencia de 30 años” y que la “debilidad” de José Luis Rodríguez Zapatero, le haya llevado a anteponer sus “necesidades” a sus “convicciones” y a la “defensa del pluralismo de la sociedad vasca”.

Por su parte, la diputada de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, reconoció la “coherencia” del PNV al plantear de nuevo este asunto, pero afeó al PSOE que diga sí a lo que antes dijo no porque tiene que “pagar un peaje” por el pacto que ha sellado para estar “año y medio más en La Moncloa”. También lamentó que el PNV, “con la que está cayendo”, ponga sobre la mesa un “debate un poco artificial” que, a su juicio, no está entre las prioridades de los vascos.

No desprestigiar los pactos

La diputada socialista por Álava, María Teresa Rodríguez Barahona se defendió de las críticas subrayando que los Presupuestos para este año, que salieron adelante previo pacto con el PNV, son “claves para el destino” de España y lamentando que los propios grupos parlamentarios hagan “un desprestigio permanente del acuerdo del pacto”.

Tras mostrar su deseo de que en la tramitación puedan alcanzarse acuerdos con todos los partidos, Rodríguez Barahona se congratuló de que el PNV haya aceptado que el cambio de nombre de las provincias corresponde a las Cortes, ha recordado que la Ley de Bases de Régimen Local permite que se denominen en castellano, en la lengua cooficial o en ambas y ha pedido que este asunto se trate con “la normalidad” con la que los vascos se reconocen en las normas aprobadas por las Juntas Generales.

En este línea, presumió del “pluralismo territorial y lingüístico” de España y criticó a quienes “usan las lenguas como elemento de confrontación”. “No vamos a hacer confrontación con esto”, proclamó antes de dejar claro que el PSOE respetará los acuerdos sobre la denominación alcanzado en las Juntas Generales de las tres provincias vascas.

Por último, el nacionalista catalán Jordi Xuclà destacó que, por encima de las “coyunturas”, lo importante es que por fin se tramita esta iniciativa y el Estado “avanza en el reconocimiento de su carácter plurilingüístico y plurinacional”.

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