Couso: “Conde Pumpido pide la intervención en Libia, y ¿cuándo le toca a mi hermano?”

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La muerte de José Couso en Irak demuestra como las guerras, los ejércitos, son el peor enemigo de la información y de los periodistas. El cámara de televisión fallecía en el Hotel Palestina al ser alcanzado por un mortero lanzado por tanque estadounidense el 8 de abril de 2003. La noticia daba la vuelta al mundo y colocaba en una situación más que difícil al Gobierno de Estados Unidos ya que tanto él, como su ejército, conocían que en ese hotel se alojaban los periodistas que cubrían los combates de una guerra que dejó millones de muertos.

La familia del periodista gallego no se dio por satisfecha con la versión oficial y presentó una querella en la Audiencia Nacional contra tres militares estadounidenses: el sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp. La lucha legal de la familia Couso parecía ser apoyada por el nuevo gobierno socialista de España: supuestamente porque los cables de los servicios secretos estadounidenses filtrados a través de portal Wikileaks desvelaban una “connivencia” entre varios ministros españoles que habrían tratado de “enterrar” el caso Couso para evitar enfrentamientos con Estados Unidos.

La familia de Couso, tras años de lucha, pudo ver la luz al final del túnel cuando el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz se hizo cargo de la investigación en incluso viajó hasta Bagdad acompañado por una comisión para realizar pruebas periciales que determinasen si la muerte de Couso es un crimen de guerra. Y todo ello a pesar, según relata Javier Couso, hermano y presidente de la Asociación de Hermanos, Amigos y Compañeros de José Couso, de las “zancadillas” que la Fiscalía General de Estado ha puesto a la investigación.

Couso ha participado en unas jornadas organizadas por el Foro Social de La Rioja. El hermano del cámara de Telecinco ha ofrecido una conferencia sobre “Guerra y control social de la información. El Caso Couso'.

La conferencia ha versado sobre cómo los ejércitos tratan de evitar la información de las guerras y su manipulación a nivel institucional. También ha recordado la movilización ciudadana que tuvo lugar durante la Guerra de Irak y la muerte de José Couso ya que ha recordado que las tropas norteamericanas conocían que en el Hotel Palestina estaban alojados los periodistas internacionales que cubrían el conflicto y a pesar de ello, dispararon contra el hotel.

LAS ZANCADILLAS DE LA JUSTICIA ESPAÑOLA

Couso también ha relatado la odisea que ha vivido su familia para que el caso Couso no se olvidara y se juzgara a los verdaderos culpables. En diciembre de 2006, el Tribunal Supremo estimó por unanimidad el recurso contra el archivo del caso por la Audiencia Nacional por lo que las investigaciones se retomaron.

Y no ha sido fácil, al juez Pedraz y a los integrantes de la comisión de investigación se les negó el visado para poder viajar a Irak a realizar la investigación ocular aludiendo cuestiones de seguridad, a o que en realidad, dice Couso, no fueron más que presiones por parte de Estados Unidos a la adminsitración española.

En este último caso, ha señalado que hay una querella abierta que sigue su curso en el Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional. De hecho, ha afirmado que “si nos deja la Fiscalía y no sigue pervirtiendo su naturaleza y convirtiéndose en abogado defensor de los militares estadounidense, esperamos reunir más pruebas entre este año y el siguiente, y elevarlo a juicio oral o por lo menos que se califique”.

Javier Couso ha criticado que la 'Interpol' se niegue a cumplir la orden de búsqueda y captura contra los militares estadounidenses, al tiempo que ha recordado que el caso de su hermano es el “primero que conocemos contra militares estadounidenses, y además no soldados, sino un sargento, un capitán y un teniente coronel”.

Para el hermano del cámara de televisión “se está haciendo justicia, teniendo en cuenta el hecho de que ocho años después esta querella criminal de crímenes de guerra siga abierta ya es un triunfo, así como que los militares estadounidense sigan en busca y captura, aunque solo en Europa, y que el Supremo se haya pronunciado dos veces en legislación de derecho internacional humanitario incorporándolo a nuestra propia legislación ya es algo que tocamos”.

Finalmente, Javier Couso ha indicado, en relación a los militares americanos que “quién sabe si estos señores un día viajan por el mundo y son detenidos como Pinochet”.

“DOY TOTAL VERACIDAD A LOS CABLES DE WIKILEAKS”

El caso Couso tomó más relevancia si cabe tras conocerse los cables de los servicios secretos de Estados Unidos a través de Wikileaks en los que se reflejaba la voluntad del gobierno español de intentar dar carpetazo al caso para congratularse con la administración norteamericana.

Doy total veracidad a los cables de Wikileaks” dice Couso que ha contado cómo el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, convocó una reunión con los familiares de Couso después de que estos ofreciesen una rueda de prensa sobre las filtraciones.

“Durante esa semana escuchamos las declaraciones de ministros como Trinidad y Caamaño (Exteriores y Justicia, respectivamente) sobre el caso y no nos gustaron nada. Así que decidimos no acudir y que fueran nuestros abogados” apunta Couso, “en la reunión no se aportó nada que no supiéramos ya”.

Couso confía en que, finalmente, la Justicia arroje luz sobre la muerte de su hermano.

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