Yemen se lanza a las calles

Las calles de Saná, la capital de Yemen, se han llenado de manifestantes. El “Día de la Partida” ha contado con un importante respaldo popular y no sólo eso sino que también se ha unido a esta marea humana parte de la cúpula militar del país, que previamente había anunciado al presidente yemení, Alí Abdulá Salé, que le retiraban su confianza y se unían a los opositores antigubernamentales.

Durante toda la semana se ha preparando una convocatoria en principio pacífica y que no debería terminar en un baño de sangre, aunque esta opción es la más temida por el dirigente yemení, que en vistas de que pueda desbordarse la concentración hizo varias promesas días atrás como la de abandonar el poder pero sólo “a manos seguras”, sin definir a qué se refería.

En un discurso emitido por la televisión estatal, Alí Abdulá Salé, informó de que “estamos en contra de disparar una sola bala y cuando hacemos concesiones es para garantizar que no hay un baño de sangre. Nos mantendremos firmes y les haremos frente con todo el poder que tenemos”.

Sin embargo sus llamadas a la calma no han surtido efecto y este viernes la capital, Saná, se ha desbordado porque mientras el presidente contaba con el apoyo de sus partidarios, en otro punto de la ciudad avanzaban los manifestantes detractores del régimen.

A lo largo de la semana, el general Alí Mohsen ha mantenido encuentros con Alí Abdulá Salé al que informó de su pérdida de confianza y al que pidió garantías de que no iba a ocurrir nada. Por este motivo, el presidente yemení ha ofrecido una amnistía a los militares que junto al general Mohsen se han unido a la oposición.

En las protestas previas de hace una semana 52 personas resultaron muertas por la violenta represión con disparos de los que hicieron uso las autoridades para disperar a los manifestantes. Éste fue el motivo por el cual el general Alí Mohsen retiró su confianza al mandatario yemení, que lleva 32 años en el cargo.