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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Benjamin Atutxa: “Estoy vivo por una suerte increíble”

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El parlamentario vasco y ex edil de Eibar que el 'comando Vizcaya' de ETA quiso “secuestrar y ejecutar” entre 2007 y 2008, Benjamin Atutxa ha afirmado este martes que “siempre” se acuerda de Miguel Ángel Blanco, el concejal asesinado por la banda terrorista en 1997 y ex alumno suyo en el instituto de Eibar. “Siempre participé en todas las concentraciones y manifestaciones para su liberación porque me parecía una tremenda crueldad. Y casualidad luego intentaron hacer lo mismo conmigo”, ha destacado.

Tras declarar, en calidad de testigo, en el juicio que se sigue contra siete presuntos miembros y colaboradores del 'comando Vizcaya' en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid), Atutxa ha recordado a Miguel Ángel Blanco como un estudiante “aplicado y muy discreto” al que impartió matemáticas en 3º de BUP.

El parlamentario socialista, que ha apuntado que se enteró del intento de secuestro el 25 de julio de 2008, ha reconocido que “ha sido más fuerte” ver las imágenes que mostraban al jefe del comando Arkaitz Goikoetxea con el estuche con las jeringuillas y tranquilizantes que el propio aviso que recibió hace tres años sobre el plan frustrado. “Eso ha sido fortísimo y tengo la sospecha porque no tengo la prueba de que algunos de los días que yo iba caminando al trabajo incluso intentaron el secuestro pero ese día por lo que sea variaría el recorrido y no lo consiguieron. Por lo tanto, como me ha dicho bastante gente, estoy vivo pero por una suerte increíble”, ha señalado.

A pesar de la intención de la banda de “ejecutarle y secuestrarle”, los terroristas “tenían claro que no iban a conseguir nada del Gobierno por la firmeza” del Ejecutivo, ha añadido. El parlamentario socialista ha dicho no haber experimentado “ninguna sensación anormal” al testificar en la misma sala en la que se encontraban los acusados ya que éstos se encontraban en una sala acristalada ubicada en un lateral. “A pesar de la crudeza de las imágenes del vídeo de ayer, como han pasado tres años, el tiempo va ayudando a que las cosas se vayan olvidando un poquito, nunca se olvidan del todo”, ha explicado, para añadir que, con todo, “la procesión va por dentro”.

En cualquier caso, ha descartado abandonar la política y ha recordado que todavía le quedan dos años en el Parlamento Vasco y que este mayo se presenta a las elecciones del municipio guipuzcoano de Deba, donde aportará su “granito de arena”. Después de ser informado de que fue un objetivo de la banda terrorista, Atutxa ha concluido en declaraciones a los periodistas que la vida le ha cambiado y “en este momento es protagonista pero no por un interés propio”.

“COMO UNA HUIDA HACIA DELANTE”

Atutxa ha asegurado minutos antes ante el tribunal que no conocía a ningún miembro del comando y que esta información le provocó “ansiedad” tanto él como sus familiares pero que ha ido “controlando” estos episodios en la medida de lo posible . “Como ganas de realizar una huida hacia delante”, ha relatado, sobre la sensación que experimentó al haber tenido conocimiento de los planes de ETA.

“El tiempo lo va borrando todo pero estos episodios surgen de nuevo y se acrecientan estas ansiedades”, ha señalado, para informar de que no ha recurrido a apoyo médico pero sí al respaldo de su familia.

A preguntas del fiscal Vicente González Mota y de la acusación popular, ejercida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el testigo ha explicado que durante la tregua de 2006 prescindió de escolta aunque el resto del tiempo contó con protección como el resto de concejales socialistas, si bien no sintió haber sido vigilado por miembros de ETA. Tras asegurar que en ningún momento habló sobre su familia a los medios de comunicación -el dirigente etarra confesó recordar que Atutxa “estaba casado y tenía una hija”-, ha señalado que sí era “notorio” que dirigía un “centro escolar” en Eibar.

En el juicio celebrado contra siete presuntos miembros del comando, que se enfrentan a penas de entre 8 y 64 años de cárcel, los asistentes a la vista oral fueron testigos este lunes de cómo Goikoetxea condujo el 24 de julio de 2008 al juez Baltasar Garzón y a varios guardias civiles a un zulo de Pazuengos, en La Rioja, en el que se escondían tranquilizantes y jeringuillas para, según confiesa, “secuestrar y ejecutar” al edil del PSE en Eibar Benjamín Atutxa, siguiendo las órdenes del ex jefe militar Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki'.

El Ministerio Público pide la pena más alta para Arkaitz Goikoetxea Basabe, que se enfrenta a 64 años de cárcel por su pertenencia a ETA, el intento de asesinato del magistrado, la tentativa de secuestro del concejal, falsificación de documento oficial y depósito y tenencia ilícita de explosivos y armas.

Ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal, la Fiscalía reclama además penas de 20 años de cárcel para Iñigo Gutiérrez Carrillo y Aitor Cotano Sinde por integración en organización terrorista y 18 para Maialen Zuazo Aurrecoechea por almacenar armas y explosivos y colaboración con banda armada. Por este último delito también pide otros 8 años de cárcel para Ana Isabel Prieto Furundarena, Adur Aristegui Aragón y Gaizka Jareño Ugarriza.

En esta causa también están procesados tres de los últimos jefes militares de la banda --Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki'; Aitzol Iriondo y Jurdan Martitegi Lizasu--, así como Aitor Arteche, Olga Comes Arambillet y Asier Borrero Toribio, todos los cuales están encarcelados en Francia a la espera de ser juzgados.

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