China ejecuta a dos mujeres y un hombre de nacionalidad filipina por tráfico de drogas

Europa Press

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El gobierno chino ha ejecutado este miércoles a tres filipinos encarcelados por tráfico de drogas a pesar de las peticiones públicas de clemencia de Filipinas, y días después de que Amnistía Internacional denunciase el uso generalizado de la pena de muerte en China.

Los tres ajusticiados, dos mujeres y un hombre, fueron atrapados cuando intentaban introducir varios kilogramos de heroína en el país en 2008. Según el Derecho chino, el tráfico de 50 gramos de cualquier sustancia ilícita puede acarrear una sentencia de muerte.

El vicepresidente filipino, Jejomar Binay, aseguró sentirse “triste”. “Hasta el último minuto hemos estado haciendo todo lo posible para posponer la ejecución”, aseguró.

Binay explicó que envió el martes una petición de mantener con vida a los presos mientras Manila investigaba nuevas pruebas que podían probar la inocencia de uno o dos de los tres condenados.

“Lo triste es que China no reconoció nuestra petición y procedió con la ejecución de los tres filipinos”, explicó Binay, que viajó en febrero a China donde consiguió un pequeño retraso en la aplicación de la sentencia.

Elizabeth Batain, de 38 años, fue ejecutada con la inyección legal en una prisión de la ciudad de Shenzhen, en el sur de China. Sally Ordinario-Villanueva, de 32 años, y Ramón Credo, de 42 años, fueron ejecutados en la ciudad portuaria de Xiamen.

Los tres recibieron la noticia a primera hora de la mañana de que se llevaría a cabo la sentencia al final del día, según las autoridades filipinas, y se permitió que sus familiares les visitasen.

Estos condenados han sido los primeros filipinos que han sufrido la pena de muerte por tráfico de drogas en China, según las autoridades del archipiélago.

Las familias de dos de los prisioneros pidieron clemencia asegurando que todo era un montaje. “Creemos que nuestros seres queridos son víctimas de grandes sindicatos de drogas que se aprovecharon de la inconsciencia, vulnerabilidad y desesperación de nuestra gente”, escribieron las familias.

“Estamos afligidos porque se les vaya a aplicar la pena de muerte mientras que los verdaderos operadores y sindicatos de la droga están fuera”, añadió.

La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Jiang Yu, declaró que el tráfico de drogas era un delito muy serio y que se había hecho justicia. “Esto es un caso aislado. No quiero que esto afecte a las relaciones bilaterales”, explicó Jiang en una rueda de prensa el martes.

Estas ejecuciones se han producido días después de que la ONG Amnistía Internacional denunciase las violaciones de Derechos Humanos en China y el uso extendido de la pena de muerte en el país a través de su último informe. Se cree que China podría ejecutar a más gente que el resto del mundo junto, a pesar de que el país no ofrece estadísticas.

El Gobierno chino ha ejecutado a más ciudadanos extranjeros por tráfico de drogas, como japoneses, nigerianos o británicos en 2009.

China mantiene la pena de muerte sobre 55 delitos, mucho más que cualquier otro país, y aplica estas penas en una docena de delitos no violentos, como traficar con reliquias culturales y defraudar impuestos.

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