El armador del Alakrana declara que no le consta “el pago de un rescate”

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Kepa Etxebarría ha afirmado en la Audiencia Nacional que no ha pagado “nada” por la liberación del atunero vasco, secuestrado el 2 de octubre de 2009 frente a las costas de Somalia, ni tampoco le consta que nadie haya efectuado pago alguno por el rescate del pesquero. Sin embargo, ha afirmado que un negociador que se hacía llamar “Pepe” y que se presentó como miembro “de los misteriosos” hablaba de dinero con el grupo de piratas.

Durante la última sesión que la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal sigue por el juicio por el secuestro del “Alakrana”, Etxebarría ha subrayado que el conocido Pepe acudió a mediados de octubre de aquel año a la embajada de Kenia donde él se alojaba y se presentó como la persona que “iba a llevar la negociación” de la liberación. “Le pregunté quien eres porque Pepe me suena un poco a ficción y por su experiencia. Me dijo Kepa no hagas preguntas, yo soy Pepe y soy de los misteriosos”, ha indicado, para agregar que a partir de ese momento hablaron de temas vanales. “Del fútbol, del tiempo y de las amapolas”.

“Dejar la negociación en manos de un tal Pepe de los misteriosos, parecía poco más o menos de cómic”, ha indicado el armador, quien se dio cuenta de que el negociador “sabía lo que tenía en las manos” y fue capaz de marcar unas pautas de comportamiento entre los piratas. Según ha dicho, Pepe les ofrecía en un primer momento más de 300.000 dólares pero cuando negociaba sobre “3 o 4 millones escasos” él no presenció las gestiones.

El testigo ha remarcado que el embajador se mantuvo en un principio al margen de las negociaciones. Tras el simulacro de fusilamiento que efectuaron los asaltantes en el barco, el embajador “tuvo un papel más activo” y recibió a altos cargos del Gobierno somalí, según ha dicho Etxebarría, que ha agregado que un día preguntó a Pepe si pertenecía al CNI, algo que él negó. “Aunque leía muchos libros del CNI”, ha rememorado.

En el banquillo de los acusados se sentarán los dos presuntos piratas Cabdullahi Cabduwily, alias 'Abdu Willy', y Raageggesey Hassan Aji, que se enfrentan a sendas penas de 220 años de cárcel por 36 delitos de detención ilegal, 6 años por cada uno de los marineros, y robo con violencia y uso de armas, que está tipificado con 4 años más. Las acusaciones particulares acusan además a los presuntos asaltantes de un delito de asociación ilícita.

Se encontraba de vacaciones

Según ha explicado, recibió la primera noticia sobre el secuestro cuando se encontraba de vacaciones en Tanzania preparándose a ascender al Kilimanjaro. “Suspendo mis vacaciones, empiezo a recibir llamadas de la consejera de Agricultura y Pesca, dándome ánimo”, ha indicado, para añadir que después cogió un vuelo con destino a Nairobi y que permaneció casi una semana en un hotel ubicado en la capital de Kenia.

Durante esos días, recibió la llamada de un negociador de los piratas, conocido como “Jama”, que le comunició en un inglés “bastante malo” que “para solucionar el problema” que estaba sobre “la mesa” era necesario satisfacer dos condiciones: la libereación de los dos somalíes capturados por la fragata 'Canarias' y el pago de 10 millones de dólares.

“Me quedé flasheado”, ha expresado el armador, para añadir que, pasados unos días, se puso en contacto con el buque y contestó a Jama que él no podía influir en la liberación de los dos presuntos piratas detenidos ya que correspondía a la Justicia española. “Le dije que era imposible que volvieran sus compatriotas, este tema no podía ser digno de negociación”, ha apostillado.

En cuanto al pago de los 10 millones de dólares, Etxebarría dijo a “Jama” que “nunca los iba a pagar porque podía tener un problema legal en España, hasta el punto de que podría acabar en la cárcel”. Tras comunicarle que la solución no estaba en sus manos, el mediador de los piratas “se mosqueó bastante”.

“Yo poco podía hacer porque estaba en un callejón sin salida, iba a volverme a España y empecé a gestionar los billetes de vuelta”, ha recordado el armador del “Alakrana”, para señalar que durante esos días el embajador español en Kenia le ofreció residir en la delegación, a lo cual aceptó. Antes de partir hacia España, Etxebarría recibió la llamada de un interlocutor, que no se quiso identificar, pidiéndole que permaneciera unos días más en África.

Preguntado por la defensa de los presuntos piratas si era consciente del peligro de faenar en aguas del Índico, Etxebarría ha respondido que este océano “es medio mundo”.

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