El reactor 1 de Fukushima abre de nuevo sus puertas

Aunque la radioactividad sigue siendo muy elevada y la central nuclear está inutizada, los trabajos para estabilizar los reactores continuan en Fukushima. Casi dos meses después del accidente registrado en el recinto doce trabajadores van a acceder a uno de los reactores más dañados: el número uno. En este sentido, los operarios ataviados con máscaras y trajes protectores van a pasar 40 minutos para reconectar el sistema de ventilización, que a priori debería retener las partículas radioactivas. En último término debería contribuir al descenso del nivel de radioactividad que emana de la central.

Por otro lado, en la operación, los técnicos se van a repartir en grupos de cuatro personas que van a entrar en el reactor de uno en uno por un tiempo aproximado de diez minutos expuestos a una radiación aproximad de tres milisieverts. Son la primera expedición de TEPCO que accede al reactor después del tsunami que arrasó la central y los alrededores de la misma. Hasta ahora había resultado imposible acercarse por los graves daños para la salud que suponía exponerse a este nivel de radioactividad. Y es que el robot que enviaron el pasado mes de marzo al interior de Fukushima registraba una radiación de 49 milisieverts por hora cuando el máximo es de cien en cinco años. Esto ha empujado a las autoridades a aumentarlo hasta 250.

Desde que ocurriera el desastre, los operarios han tratado de reparar los sistemas de refrigeración de los seis reactores de la planta para reducir su temperatura y evitar con ello una fusión parcial de sus núcleos. No obstante, se teme que algunas de sus barras de combustible hayan resultado dañadas.

Como consecuencia del terremoto y el tsunami 14.800 personas han muerto y unas 11.000 han desaparecido, sin embargo, estas cifras son susceptibles de sufrir variaciones porque los equipos de rescate todavía no han podido acceder a algunas de las zonas afectadas.

Además, la elevada radiactividad detectada en el entorno de Fukushima-1 ha llevado al Gobierno a prohibir legalmente la entrada a una distancia menor de 20 kilómetros de la central, perímetro que en un primer momento se estableció para la evacuación obligatoria.