“No perdemos la esperanza de su liberación”

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Treinta días sin Manu, treinta largos días de espera, tensiones, preocupaciones, pero siempre con la esperanza en la mente de sus familiares que no desisten en luchar por su liberación. Manuel Brabo, fotógrafo español de 30 años, lleva un mes retenido por el gobierno libio en su capital Trípoli, a donde acudió para dejar el testigo en instantáneas de la tragedia de una guerra que parece no acabar nunca...En Logroño, parte de su familia está en permanente búsqueda de noticias, de contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores, haciendo lo que esté en su mano para que nadie olvide a Manu, su primo Nacho Torra, residente en la capital riojana, y también fotógrafo periodístico, llena su vacío con su recuerdo, “es más que mi primo, es como mi hermano, mi mejor amigo... soy cuatro años mayor, él tiene 30, compartimos estudios, profesión, amigos, y familia...nuestro abuelo nos introdujo en la fotografía, y Manu siempre se ha posicionado desde un punto de vista social reivindicativo, no era la primera vez que estaba en un conflicto armado internacional, ya estuvo en el de Israel y Palestina, esta vez sabía que iba a ser duro y violento pero no que se iba a encontrar con un secuestro, es un chico muy fuerte, muy sociable, preparado física y mentalmente es muy comprometido y concienciado con su trabajo y lo que implica”... “El último correo que envió –recuerda Nacho- era antes de irse al frente con los rebeldes, el entró de freelance, en principio sin ninguna agencia, y estando allí firmó por la agencia europea EPA que le distribuía aquí Efe, y estaba en su mejor momento profesional tan joven...se hace duro todo esto...”

Mirar el calendario se hace eterno y Nacho asegura que la información es escasa “vemos que la guerra sigue exaltada ,encrudeciéndose...que las embajadas extranjeras están abandonando la capital libia, las noticias no son halagüeñas y todo parece indicar que va a ser para largo, fue localizado el día 7 de abril, y el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que iba a ser liberado en dos o tres días y el tiempo sigue pasando...”, explica, pero esta familia intenta armarse de paciencia y tesón y no desesperan, “seguimos en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores prácticamente a diario y el delegado que hay allí para las negociaciones con el gobierno libio dice que su cometido es permanecer para sacar a Manu y ha dicho que no se va a mover de la embajada, pero no se puede poner en contacto con el gobierno de Libia todos los días, no están siempre a su disposición y no puede salir de la embajada, por los bombardeos...”

El único contacto que han podido mantener con él, saltaba a las noticias el pasado día 23, “nos

comentaba que no había sufrido malos tratos y se encontraba bien y le proporcionaban comida, pero, quizás lo hizo para no preocupar a la familia...no sabemos si en ese momento estaba coaccionado o tenía un rifle apuntándole, la desinformación te lleva inevitablemente a pensar en cualquier situación que pueda estar sufriendo...pensábamos que iba a ser más rápida su liberación como quince días o un mes como mucho, pero parece que va para largo, ya se han cumplido 30 días del secuestro...“

La poca información que se tiene por el momento de Manu es que “está en una cárcel militar de Trípoli, el segundo embajador intentó entrar para ver si estaba bien y llevarle los enseres básicos de higiene, estará cuidado ”entre comillas“..., piensa su primo, que no deja de pensar ahora si ”en el caso de que tuviera allí algún juicio, aunque no lo sabemos, tenga representación legal para poder defenderse...“.

Según el gobierno libio a Manu se le acusa de entrada ilegal en el país, y de tomar imágenes en lugares prohibidos por el gobierno libio, “confiamos en que como se trata de una entrada ilegal, se solucione rápido con una deportación y ya está, pero desde el primer momento y el primer contacto del ministerio con el gobierno de Libia, dejaron claro que negociarían cuando ellos quisieran, así que ello nos hace pensar en que va para largo...según los mandatarios libios, lo soltarían cuando demostrara que no era un espía...entonces te imaginas que le puede estar pasando cualquier cosa, desde interrogatorios, hasta malos tratos, presiones psicológicas..., está en una prisión militar, de entrada no suena muy bien las condiciones en las que pueda estar, encima sin contacto alguno, sin noticias de nada, sin su familia...”.

Esta larga espera, empieza a hacer mella en los ánimos de Nacho y el resto de familia, y tratan de razonar una situación llena de contradicciones “cuando tienes a un gobierno como el español que está apoyando una guerra con la OTAN y a su vez está intentando negociar para que se libere a un ciudadano, no ayuda mucho a las negociaciones, es el pescado que se muerde la cola, si me estás tirando bombas, sacaré a tu ciudadano cuando quiera, pensará el gobierno libio, al igual que le pasa a los periodistas retenidos de otros países allá...”, e indignado clama “si hubiera sido Premio Pullitzer o un fotógrafo de ‘renombre’ como Gervasio Sánchez, seguro estaba ya fuera, quién sabe las intenciones ocultas, si esperan a traerlo cuando falten dos días para las elecciones...”.

La imaginación en estos casos, hace que vuele...pero hacia impresiones no agradables precisamente, una situación que sobrellevan como mejor pueden “ intentamos distraernos con el trabajo, pero lo tenemos siempre presente, hay noches que se hacen muy largas, mis tíos al principio estaban más fuertes, pero al ver que se alarga...se nos hace más cuesta arriba, pero nosotros vamos a seguir intentando que no se olvide a Manu con concentraciones y reivindicando su liberación, no perdemos la esperanza en que se solucione”.

Por el momento están haciendo lo que está su alcance, y prueba de ello fue la concentración de ayer frente a la delegación del Gobierno en Logroño –el jueves hubieron otras similares en Oviedo Gijón, Madrid y Barcelona- donde se sintieron arropados y encontraron consuelo y ánimo en compañeros, amigos, ciudadanos, instituciones, partidos, sindicatos...Nacho, emocionado, leyó un manifiesto “para recordar al gobierno que hay un ciudadano preso, y que estamos con él, dando todo nuestro apoyo”, y en un gesto los reporteros gráficos presentes, dejaron sus cámaras en el suelo, como “símbolo” de protesta, de la cámara que dejó de enfocar y que tuvo que dejar a la fuerza Manu Brabo, no está solo, los riojanos demostraron su compromiso con este reto, que no dejará caer en el olvido su familia.

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