Tres mujeres solicitan que se investigue el robo de sus hermanos en centros sanitarios de Logroño

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Tres mujeres que sospechan que sus hermanos recién nacidos fueron robados en tres centros sanitarios de Logroño en los años 1974, 1962 y 1952, se han organizado para pedir una investigación que aclare si su intuición es certera y sus deudos fueron robados y acaso vendidos o cedidos a otras familias.

A estas tres mujeres -que prefieren permanecer en el anonimato-, a las que llamaremos María, Ana y Magdalena, pueden sumarse en breve al menos otras ocho de la Comunidad riojana que tienen la misma sospecha y la han difundido en foros de internet que informan sobre este asunto, aseguró María.

María está convencida de que su hermana gemela le fue robada a su madre tras nacer el 27 de noviembre de 1974 en la residencia sanitaria pública Antonio Coello de Logroño, que después pasó a llamarse Hospital San Millán.

Según su versión, su madre, que tenía 20 años, se enteró en el paritorio de que traía mellizos y parió dos niñas, pero solo le dieron un bebé (María) y una declaración en la que un médico certificaba que la otra niña (un feto, según el documento) había fallecido a las 18 horas de nacer.

La madre, ni creyó entonces y ni cree ahora, que su hija falleciera porque estaba sana y nunca le mostraron el cadáver; siempre ha vivido con el presentimiento de que le robaron una de sus hijas.

María, la hermana melliza de la niña presuntamente robada, hoy una mujer de 36 años, denunció recientemente el caso en la Fiscalía de La Rioja, que asignó a un agente de la Policía Judicial a una investigación que, según sus palabras, no avanza.

El segundo presunto robo de un niño lo denuncia Ana y, según relató a EFE, ocurrió el 2 de noviembre de 1952 cuando su madre dio a luz, también en la residencia sanitaria Antonio Coello de Logroño, a un bebé que hoy tendrá, si vive, 58 años.

Se trataba del quinto parto de su madre, los otros cuatro hijos los había parido en casa, y en su propia casa nació también el sexto ya que no quiso volver a la residencia sanitaria tras la sospecha de que le habían robado a su hijo, al que llegó a ver vivo pero no muerto, ni tampoco pudo verlo crecer.

Le dijeron que había fallecido antes de las 24 horas, pero la madre siempre ha sostenido que lo vio con más de un día de vida, y que en vez de a su bebé le entregaron una “hoja de parto” con incorrecciones y textos ilegibles y otros visiblemente manipulados y borrados, asegura Ana.

La madre nunca se recuperó del trauma que supuso para ella la pérdida de su hijo, cuenta Ana, y el dolor estuvo, a juicio de la familia, en el origen de la enfermedad neurovegetativa que la ha condenado a la invalidez física y psíquica.

El tercer caso ocurrió en 1962, según relata a EFE Magdalena, cuando el lunes 13 de agosto, su madre dio a luz por cesárea en la clínica Valvanera de Logroño a un niño perfectamente normal que el padre inscribió en el registro civil el día 16 de agosto.

Durante su estancia en la clínica, la madre, quebrada su salud por una operación de cesárea que entonces era una intervención dura, estuvo acompañada día y noche por una de sus hermanas.

El día 17 de agosto, la hermana bajó a comer y cuando volvió poco después le aseguraron que el niño había fallecido. Nadie les enseñó el cadáver y la madre volvió a casa sin su hijo.

“Ellos se encargaron de todo”, asegura Magdalena, que señala que la familia era incapaz de sospechar entonces que en una clínica como Valvanera, con la que su familia tenía una iguala, ocurriera lo que ahora están convencidos que ocurrió.

Estas tres mujeres, María, Ana y Magdalena, que están a punto de crear una asociación de afectados por el robo de niños, han sido recibidas por la Defensora del Pueblo Riojano, María Bueyo Díez Jalón.

Su pretensión es que la Defensora agilice, en lo que pueda, la investigación judicial de los presuntos delitos que denuncian y que les asesore sobre los procedimientos administrativos y judiciales a seguir.

Díez Jalón aseguró que, una vez denunciado el caso a la autoridad judicial, la Defensoría no puede intervenir porque interferiría en la independencia del poder judicial.

La defensora entiende que la investigación del caso es difícil, por haber pasado mucho tiempo, haber desaparecido los centros sanitarios en los que supuestamente ocurrieron los hechos, también sus archivos y muy probablemente las personas que presuntamente delinquieron.

Sin embargo, Díez Jalón considera que los afectados tienen todo el derecho a la información y a que los casos se investiguen, aunque las posibilidades de aclarar lo que pasó con los niños presuntamente robados y, acaso, vendidos o cedidos a otras familias sean escasas.

En todo caso, María, cuya hermana fue robada, presuntamente, en 1974, piensa que parte del personal que atendió a su madre aún vive y que uno de los médicos del Antonio Coello aún ejerce en una ciudad situada a menos de 200 kilómetros de Logroño.

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