New York Times denuncia una campaña secreta de EEUU en Yemen

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EEUU habría aprovechado la situación de vacío poder en que se encuentra Yemen para llevar a cabo un ataque secreto contra los intereses de la red terrorista de Al Qaeda. El bombardeo al palacio presidencial la semana pasada por una parte de la oposición causó heridas a Saleh de las que ha sido operado. Se calcula que permanecerá semanas al margen de su cargo, que ha sido retomado por su vicepresidente.

Washington habría comenzado esta “guerra encubierta” en Yemen contra los objetivos relacionados con la red que lideraba Osama Bin Laden. Además, se estaría nutriendo de la delicada situación que se viene generando en el país desde que estalló la revolución de la primavera árabe . Las ciudades más importantes de Yemen han protagonizado algunos capítulos de violencia entre manfiestantes por el cambio democrático y las fuerzas de seguridad. Los opositores han desafiado en varias ocasiones al presidente Saleh, que amaga desde hace casi un mes con sellar un pacto con la oposición para retirarse, una alianza que nunca llega y que ha colocado al país al borde de la guerra civil.

Ante la escalada de violencia se genera un escenario, argumenta el New York Times, propenso a unos ataques aéreos “como una de las pocas opciones que le quedan para evitar que los militantes consoliden su poder”. La campaña está liderada por el Mando Especial de Operaciones Conjuntas del Pentágono y coordinada con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y se dirige desde un puesto de control en Saná que recibe la información de inteligencia sobre los objetivos.

La CIA considera que el brazo de Al Qaeda en la Península Arábiga presenta el mayor riesgo inmediato para Estados Unidos, más aún que las acciones que puedan tomar los líderes de la organización terrorista, escondidos supuestamente en Pakistán. El pasado viernes, los cazabombarderos estadounidenses mataron al espía de Al Qaeda Abu Ali al-Harithi y a otros sospechosos de formar parte de la organización, en un ataque en el sur del país que acabó también con la vida de cuatro civiles, indica el periódico. Semanas antes, aviones no tripulados lanzaron un ataque fallido contra el clérigo radical Anwar al Aulaqi, uno de los hombres más buscados por Estados Unidos y al que el Gobierno trata de matar desde hace más de un año.

El mayor problema para los intereses de Washington es ahora mismo la oportunidad que han aprovechado los miembros de Al Qaeda para mezclarse con los rebeldes en sus protestas contra Saleh. De este modo, Washington encuentra complicado distinguir a los manifestantes contra el gobierno del país frente a los verdaderos terroristas, toda vez que EEUU no termina de definir una posición claro a diferencia de su determinación en Libia. Se ha limitado a señalar que el país debe iniciar “una transición ordenado”, aunque nada ha dicho hasta ahora del futuro de Saleh.

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