La Xunta sacrifica espacios naturales por parques eólicos
“Son como los colonos en el salvaje oeste”. Las tajantes afirmaciones del grupo ecologista gallego Adega (Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza) se refieren al avanzar de los proyectos eólicos por las “pocas tierras que todavía quedan libres”, asegura la asociación.
El impacto ambiental de este tipo de infraestructuras es el objetivo de las críticas puede llegar a causar polémicas. En este caso, se trata de 14 molinillos (que componen un parque eólico) que se contruirán en zonas que serán marcadas como zonas 'de protección oficial'.
Red energética contra Red Natura
El problema reside en que la extensión de la Red Natura procede más despacio que los proyectos de la industria de la energía. La Red comprende áreas de conservación de la biodiversidad, y es parte de un plan aprobado por la Unión Europea y a aplicar por parte de las comunidades autónomas.
La Xunta de Feijóo (Partido Popular), sin embargo, se está apresurando a autorizar los parque eólicos antes de una posible presión de la UE para ampliar, como previsto, la Red Natura. La extensión de este proyecto de conservación ambiental haría imposible construir los molinillos, al convertirse terreno previsto para su edificación en zona protegida y, en consecuencia, no edificable. Adega denuncia que el proyecto de la Xunta es la aplicación de una “política de tierra quemada con el territorio, para que los indígenas se queden con las migas del banquete”.
Beneficios eólicos
La 'tarta eólica' que van a repartirse las constructoras no deja espacio a los vecinos de las comunidades titulares de tierras donde se pondrán en marcha los nuevos parque eólicos. En vez de la participación pública en los proyectos, que permitiría a los vecinos llevarse un porcentaje, la Xunta ha creado un canon que se limtia a cobrar por el número de molinillos presentes, sin tener en cuenta su producción ni su impacto sobre el medio ambiente.
Los ecologistas denuncian además que los parque eólicos bajo la competencia de la junta quedan excluidos de una procedimiento de evaluación ambiental obligatoria, y por ello en diciembre de 2009 presentaron a la Xunta una propuesta para revisar la ley eólica de la región .
Energía ¿limpia?
Denuncias de este tipo llaman la atención sobre el hecho de que ni la eneregía llamada 'limpia' evita un impacto ambiental que afecta a la naturaleza y a quien la vive. Los parques eólicos, así como las energías renovables en general, se han convertido en el negocio del futuro (y ya del presente, frente al calo de niveles de producción de petróleo a nivel mundial), como atestiguan las inversiones de grandes compañías para hacerse con sus contratos en varias zonas del planeta: Iberdrola y su inversión de 1.800 millones de euros para el mayor parque eólico del mundo en el mar de Irlanda o la red eólica que a principios de años empezó a construir Siemens en China -la primera en el país asiático- son solo los últimos ejemplos de una tendencia a la alza.
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