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Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal

Solo una docena de terrazas está bien preparada para el invierno

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La climatología ha dado una tregua y la ciudad todavía no acusa el frío. Pero el invierno es el invierno, y los hosteleros ven con preocupación la llegada del mal tiempo y cómo puede afectar al consumo en sus locales. Desde que hace poco más de un año entrara en vigor la ley antitabaco que prohíbe fumar en los establecimientos públicos como bares y terrazas, muchos han sido los hosteleros que se han ‘lanzado’ a colocar terrazas en el exterior de sus locales desde este verano.

Y la inversión es considerable: unos 30.000 euros cuesta preparar una terraza siguiendo la normativa municipal que no permite un cerramiento suficiente para que el calor se mantenga ya que obliga a dejar dos partes de la misma abiertas y un espacio suficiente para la ventilación en la parte de abajo.

Enrique Arévalo, director general de ARBACARES

, considera que en Logroño no hay una oferta de terrazas. Solo una docena de las 40 terrazas equipadas existentes en la capital están bien preparadas para ofertar comodidad a los clientes y cumplir con la normativa. “Lo hemos notado este verano” dice Arévalo, “los establecimientos que no ofrecían una terraza como alternativa a los fumadores han notado como ha descendido el consumo y por tanto, los beneficios”.

Los hosteleros son conscientes de que el invierno está siendo benigno, pero cuando llegue el mal tiempo “las terrazas que tenemos no nos servirán de nada” y es que, al no preservar el calor, el cliente permanece poco en ellas y se limita a tomar una consumición.

El Ayuntamiento de Logroño aprobó la modificación de la Ordenanza de Terrazas el pasado noviembre. Así, la nueva normativa incluye la posibilidad de realizar el cerramiento a dos caras, al mismo tiempo que permite la reducción y agilización de los trámites administrativos para conseguir las licencias para su instalación, de las que, en este momento, existen 390 en la ciudad.

Pero los hosteleros reclaman que para que una terraza esté bien habilitada tiene que estar perfectamente cerrada porque la normativa sí mantiene los 20 centímetros de espacio inferior que deben guardar los paneles y que, según Arévalo, provocan corrientes que dejan escapar el calor.“Nos estamos gastando un dineral en calefacción y aún así, la gente no está cómoda”.

El director general de ARBACARES calcula que en los días de frío cada calefactor de gas, las conocidas ‘setas estufas’ gasta una bombona de butanos. Algunos locales tienen seis y siete estufas en sus terrazas por lo que el gasto es considerable.

REUNIÓN CON EL AYUNTAMIENTO

Los hosteleros confían en que el Ayuntamiento de Logroño atienda sus peticiones e introduzca modificaciones en la ordenanza municipal. ARBACARES ha presentado una serie de propuestas que incluyen cambios en cuanto a los cerramientos así como en el espacio que debe existir entre terrazas, reducir la distancia mínima para colocarlas, y promover que cada vez más establecimientos puedan tener su terraza. También esperan que el consistorio acepte la posibilidad de incluir elementos para resguardar las terrazas como toldos de plástico que cierren toda la parte superior.

Sin embargo, la semana pasada, en Junta de Gobierno Local, los responsables municipales analizaron dichas propuestas y alegaciones Así el consistorio estimó que en las zonas peatonales la terraza no exceda la fachada del establecimiento hostelero. Sin embargo, rechazó la posibilidad de incluir anclajes fijos en el pavimento y desestimó que en la calle Capitán Gallarza puedan colocarse terrazas debido al gran tránsito peatonal y ser zona de carga y descarga.

Las terrazas han poblado ya el paisaje urbano de nuestras ciudades y pueblos y se han convertido en un espacio de ocio y van evolucionando. Debido al alto coste del combustible de las estufas, algunos hosteleros han optado por otro sistema.

“Cada vez más se apuesta por los calefactores eléctricos” asegura Arévalo, es el caso de la terraza de la cafetería ‘Faborit’ en Gran Vía, “es una modalidad que se va imponiendo, el gasto es difícil de calcular depende de tarifas eléctricas”.

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