Condenada a casi seis años de cárcel la madre que quemó a sus hijos con la vitrocerámica

EFE

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El Juzgado de lo Penal número 1 de Logroño ha condenado a cinco años y once meses de cárcel a la madre que puso sobre la vitrocerámica las manos de sus hijos, un niño de once y una niña de siete años, a los que causó quemaduras de segundo grado porque uno de ellos -el niño- no había hecho los deberes.

La mujer, de nacionalidad paraguaya, ha sido condenada por un delito de maltrato continuado hacia su hijo y por otros dos de lesiones hacia este menor y su hermana, a los que, según recoge la sentencia, pegaba “con las manos, pies, palos, sillas y todo lo que” encontraba.

Durante el juicio, el Ministerio Fiscal rebajó la pena de ocho años y nueve meses a cinco años y once meses de prisión para la mujer, al considerar la atenuante de anomalía psíquica.

En la sentencia, tras la conformidad de las partes, se indica que la mujer estaba “especialmente afectada” por las dificultades educativas de su hijo, que tiene un trastorno de déficit de atención por hiperactividad.

También se indica que la mujer sufrió un episodio depresivo, por la relación con su hijo, que le llevó a tener un tratamiento farmacológico y aplicarle un protocolo para casos de suicidio.

El fallo condena también a la mujer a no acercarse durante ocho años a su hijo y durante cinco años a su hija, que se encuentran bajo la tutela de los Servicios de Protección a menores del Gobierno de La Rioja.

Por estos hechos también se ha juzgado hoy al padre de uno de los hijos de la mujer, en concreto de la niña, actual pareja de la mujer y que ha sido condenado, por conformidad, a 56 días de trabajos para la comunidad por un delito de lesiones.

En el caso de la mujer, la sentencia, que es firme, señala que ha ingresado en prisión el pasado 30 de enero.

Los hechos se produjeron en febrero de 2010, cuando el director del colegio de una localidad riojana, a la que acudían los menores se dio cuenta de que tanto el niño como la niña presentaban quemaduras en las manos.

El niño también tenía contusiones en los brazos y las piernas, según comprobaron los servicios médicos del hospital de Logroño, después de que el director del colegio llevó a los dos menores al centro hospitalario.

El fallo judicial considera probado que la mujer perdía “con frecuencia el control de sus emociones” hacia su hijo, nacido de una relación anterior.

También añade que esa pérdida de control llevaba a la mujer a recurrir a la violencia física, “golpeándole (al niño) con las manos, pies, palos, sillas (...) por todas partes del cuerpo, violencia que se hace extensiva a su hija”.

La sentencia señala que desde 2007 los responsables de los colegios donde acudía el niño habían visto al menor con hematomas y marcas e, incluso, que habían intervenido los Servicios Sociales, tanto de Burgos como de La Rioja.

Sin embargo, en la sentencia se señala que la intervención sobre el menor fue siempre “bastante complicada por la falta de colaboración de la acusada”.

En febrero de 2010, tras recibir una queja de un profesor de su hijo por no hacer los deberes, la mujer llegó a casa, golpeó al niño con el tubo de la aspiradora y, “acto seguido”, cogió a los menores y colocó sus manos sobre la vitrocerámica encendida y “las mantuvo durante un rato”.

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