Los forenses determinan que el guarda forestal de Cornago tenía un trastorno obsesivo

EFE

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Los forenses que examinaron al miembro del retén de incendios acusado de asesinar a un compañero han declarado hoy que padecía un transtorno de la personalidad obsesivo paranoide, pero han descartado que estuviese enfermo o sufriese delirios persecutorios, como creen los psiquiatras de la defensa.

La Audiencia Provincial de Logroño ha celebrado la cuarta jornada del juicio, con Jurado Popular, contra J.M.V.O., a quien el fiscal y la acusación particular solicitan penas de 20 y 25 años de cárcel por asesinato, mientras que la defensa pide su absolución por una anomalía psíquica.

Los dos médicos y la psicóloga forense que examinaron hasta cinco veces al procesado han explicado que tiene una forma de ser “anómala”, pero no se puede calificar como enfermedad.

Según su criterio profesional, era narcisista, muy perfeccionista, vengativo y rencoroso, lo que le condujo a un aislamiento social, ya que se sentía marginado por sus compañeros de trabajo y perjudicado por el reparto de tareas.

Además, tenía ideas de perjuicio y agravio hacia la víctima y otra persona de Poyales, que creía le habían ofendido y humillado, porque de forma persistente tendía a la sobrevaloración de ciertos acontecimientos, según sostienen estos peritos.

Han descartado que este trastorno de la personalidad fuera una psicopatología, ya que tener una personalidad paranoide no significa que no supiera lo que hacía en el momento del tiroteo, ocurrido en un monte de Cornago en mayo de 2010.

En cuanto a la autopsia, los médicos han detallado que disparó cuatro veces contra la víctima, cuyo cuerpo tenía cuatro orificios de entrada y tres de salida, ya que uno de los proyectiles quedó alojado dentro del abdomen.

Dos de los disparos -uno el tórax que el afectó a la arteria aorta y el que permaneció en el abdomen, que entró por el muslo- pudieron causarle la muerte, ya que provocaron una gran hemorragia.

También han dicho que, con sus datos, no es posible determinar el orden de los disparos, por si fue el primer tiro el que le entró por la espalda.

Por su parte, los forenses consultados por la defensa han asegurado que J.M.V.O. padece una enfermedad mental y que ese día podría haber disparado contra todos sus compañeros, por lo que han opinado que los otros tuvieron bastante suerte.

Además, creen que tenía delirios, que son pensamientos extraños imposibles de hacerse realidad y que marcan la frontera entre ser raro -un rasgo de una personalidad obsesiva paranoide- y estar loco.

El delirio persecutorio que padece el acusado, según estos profesionales, es propio de una persona inteligente, que puede desarrollar bien su trabajo aunque llegue a hacerlo de forma obsesiva, pero por un conflicto, se aisla del mundo y acaba amargado porque piensa que todos son hostiles.

Según el estudio que hicieron al acusado, se veía amenazado por todos sus compañeros, por lo que él pensaba que no les atacó, si no que se defendía de ellos.

Aunque lamentó lo ocurrido, opinan que el procesado estaba convencido de que los otros le habían llevado a cometer el tiroteo.

Por otro lado, el guardia civil que se encargó del caso ha declarado que cuando llegó al lugar del suceso encontró a una persona “con mucho resquemor” y que “había planeado una serie de homicidios pero solo había realizado uno”.

También ha dicho que el acusado declaró que la víctima “no le trataba bien” y que era consciente de que había disparado cinco veces (un quinto proyectil no impactó en el cuerpo).

El agente ha asegurado que “controlaba lo que hacía en todo momento”, durante su mes de vacaciones se sacó la licencia de tiro olímpico y después escondió una escopeta cerca de Poyales, donde tenía previsto “matar a otras personas” después de llegar andando por el monte ya que llevaba barritas energéticas y otros víveres.

El juicio concluirá el próximo lunes con las conclusiones de las partes, tras lo que el magistrado, Alfonso Santisteban, entregará el objeto de veredicto al Jurado para que determinen la culpabilidad del acusado.

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