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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El juez Castro afirma que “podría volver a citar” a Urdangarín si se acredita su vinculación con las facturas falsas

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El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, afirmó durante su declaración ante el juez instructor del caso Palma Arena que su fuente de ingresos “no era el Instituto Nóos, sino Aizoon”, la empresa que comparte con su mujer, la infanta Cristina.

Así lo dijo a preguntas del fiscal Pedro Horrach sobre su papel en Nóos, cuando, al igual que en otros momentos de su larga declaración, afirmó que su función era “la gestión comercial de los grandes clientes y lo concerniente a la parte deportiva de los proyectos”.

Señaló que “el día a día” lo pasaba en el Instituto Nóos, que presidió de 2004 a 2006, pero añadió que él solo daba órdenes en lo que entraba dentro de sus funciones y que su exsocio Diego Torres era quien impartía las directrices generales, ya que era el gerente.

El fiscal le puso de manifiesto sus sospechas de que Torres y él se repartían el dinero obtenido de Nóos a través de una red de sociedades al 50 por ciento, con lo que, según los cálculos de Horrach, en el año 2005 ganaron cada uno de ellos 1.055.000 euros.

A estas aseveraciones, el duque contestó que recibía una retribución anual por gastos de 36.000 euros por parte de Nóos Consultoría Estratégica (de la que era copropietario) y que ese año Aizoon facturó 550.000 euros, a los que se tenían que descontar, añadió, 147.800 euros de una factura que teóricamente no se cobró pero que, según sospecha Urdangarin, se quedaron Torres y su mujer.

El juez preguntó al duque sobre la calificación jurídica de Nóos, inquiriéndole acerca de qué entendía como carecer de ánimo de lucro, a lo que respondió que es aquella entidad “que aporta y difunde el conocimiento sin la pretensión de obtener un beneficio económico”.

Acto seguido, Castro le inquirió a qué se destinaban entonces los excedentes de lo que ganaba Nóos, a lo que contestó que se seguían “reinvirtiendo en lo que se está haciendo”.

Según consta en el acta de la declaración, no satisfecho con la contestación del duque el juez volvió a preguntarle en tres o cuatro ocasiones a Urdangarin sobre los conceptos en los que se invertía el dinero, pero finalmente desistió, indica la transcripción, en “obtener una mejor respuesta”.

Otra de las anécdotas de la comparecencia fue la advertencia que le hizo Castro de que podía volver a ser citado. Fue cuando, preguntado por unas facturas, Urdangarin señaló, como hizo en numerosas ocasiones, que no sabía nada del tema porque eran de fecha posterior a marzo de 2006, cuando dejó Nóos por recomendación de la Casa Real y se desvinculó, según dijo, de sus actividades.

Acto seguido, Castro le hizo saber que “si se acreditara lo contrario podría ser de nuevo llamado a declarar”.

La declaración comenzó con un exhaustivo repaso de las empresas y fundaciones en las que estuvo implicado Urdangarin, su socio y familiares de éste, las cuales, según la Fiscalía, sirvieron supuestamente para desviar el dinero público y derivarlo en algunos casos a paraísos fiscales.

En total, todas ellas suman una veintena, de las cuales Urdangarin se desentendió exceptuando Aizoon, una empresa dedicada a labores inmobiliarias que él administraba y en la que afirmó que la infanta no tenía ningún papel en el “día a día”.

La declaración finalizó, ya en la madrugada de ayer, con las preguntas del abogado de Torres, Manuel González Peeters, y del suyo, Mario Pascual Vives, quienes cruzaron preguntas acerca de los currículos de Urdangarin y su exsocio, respectivamente.

Así, el abogado de Torres le preguntó si es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, diplomado en Empresariales en especialidad de Recursos Humanos, máster en formación e intervención de empresas como consultor, máster en “bussiness administration” por Esade y profesor colaborador de esta escuela, a lo que respondió que todo era cierto menos lo último.

Urdangarin añadió que ahora es consejero de Telefónica Internacional y el abogado de su exsocio le detalló las sociedades en las que ha formado parte de sus consejos de administración.

Justo después, su propio abogado le preguntó por la formación de Torres, a lo que el duque contestó que llevaba dando clases en Esade de 6 a 8 años y que había trabajado durante años en una multinacional como director.

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