Adiós a la brecha entre los barrios

Rioja2

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Esta mañana los curiosos remiraban las obras del soterramiento del ferrocarril en el barrio de Cascajos. Algunos jubilados, vigilantes voluntarios de las obras, revisaban el firme de la nueva prolongación de la calle Lope Toledo con Juan Boscán: la primera calle que cruza las vías del tren, la primera calle que une el barrio de Cascajos con Lobete.

La geografía de Logroño va cambiando según se cumplen las fases de las obras del soterramiento del ferrocarril. Una obra faraónica que se ha convertido en la principal infraestructura de la ciudad y que, poco a poco, va incorporando sus bondades.

Esta ha sido la primera: ha hecho desaparecer la brecha insalvable de las vías del tren.

Los vecinos de una y otra parte de la calle han dicho adiós a la famosa pasarela que unía Lobete y Cascajos y que pasaba sobre las vías. Y aunque forma parte de la historia de la ciudad, pocos van a echarla de menos sobre todo ahora que pueden caminar por aceras y pasos de cebra para llegar a Lobete y allí, al centro de la ciudad.

Una rotonda regula el tráfico hacia el barrio de Cascajos y deriva en la calle Juan Boscán. El próximo mes estará finalizada la rotonda finalizada de la calle Eliseo Pinedo que conectará, para verano, con la calle Pedregales.

La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra y el consejero de Obras Públicas, Antonino Burgos, han protagonizado un acto institucional en la nueva calle. Es también el día de los políticos y de los deberes hechos. Pero es, sobre todo, el día de los vecinos.

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