La Fiscalía pide 675 años para Martitegi por el atentado contra el cuartel de Calahorra

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La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide 675 años de prisión para el exdirigente etarra Jurdan Martitegi y el exjefe del “comando Vizcaya” Arkaitz Goikoetxea por el atentado con una furgoneta-bomba en el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja) en 2008, en el que resultaron heridas siete personas.

Así lo ha solicitado el fiscal Carlos Bautista en el escrito de calificación provisional presentado ante la sección primera de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, que será la encargada de juzgar a los terroristas por estos hechos, y en el que pide la misma pena para el etarra Íñigo Gutiérrez.

El representante del Ministerio Público acusa a los tres de 33 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa, uno de estragos, dos de detención ilegal, otro de tenencia de explosivos y un último de robo de vehículo a motor.

Según Bautista, los acusados formaron a partir de febrero de 2007 el comando “Askatasuna Haizea”, integrado además por Asier Borrero e Íñigo Gutiérrez, desde el que perpetraron dicho atentado el 21 de marzo de 2008.

Para ello, confeccionaron un artefacto explosivo con dos barriles de cerveza de unos 50 litros cada uno en un piso que el comando tenía alquilado en Ezcaray (La Rioja), en el que se encontraron las huellas de Goikoetxea.

Sobre las 09.00 horas de ese día, éste último y Martitegi trasladaron la bomba en una furgoneta hasta el Alto del Herrera, en Álava, mientras sus otros dos compañeros hacían de lanzadera, y allí se dispusieron a esperar la llegada de algún vehículo.

De esta forma, cuando los dos ocupantes de un Honda Civic aparcaron el coche en esa zona para iniciar una jornada de senderismo, fueron encañonados y amenazados por Goikoetxea y Martitegi, que después los maniataron y vendaron los ojos con unas bridas en las que también aparecieron las huellas del primero.

A continuación, prosigue el fiscal, los dos terroristas llevaron el vehículo robado con sus ocupantes dentro hasta la zona donde les esperaban los otros dos etarras y cargaron el mismo con la bomba.

Posteriormente, Martitegi trasladó la furgoneta-bomba hasta el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra precedido de Gutiérrez, que actuaba como lanzadera, mientras que Goikoetxea y Borrero vigilaban a los propietarios del vehículo robado.

El exjefe del “comando Vizcaya” avisó, mediante un móvil que había comprado Martitegi en febrero de ese año, a la Central DYA alavesa y a los bomberos del municipio riojano de la colocación del artefacto, que explotó alrededor de las 14.00 horas mientras en el interior del cuartel había 33 personas, 23 de las cuales eran guardias civiles.

Veinte minutos después, añade el fiscal, liberaron a los dueños de la furgoneta.

La explosión produjo cuantiosos daños en los edificios, valorados en 4.712.593 euros, y en vehículos, tasados en 264.907,61 euros.

Martitegi, que fue detenido el 18 de abril de 2009 en la localidad francesa de Montauriol, cerca de Perpiñán, y Goikoetxea, arrestado en julio de 2008, están procesados por varios atentados, entre ellos el coche-bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Legutiano (Álava) que costó la vida al agente Juan Manuel Piñuel y por el que el segundo ya ha sido condenado a 515 años de cárcel.

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