Un homenaje de película

Un homenaje de película

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Ayer era un día fantástico para robar en Albelda. Todo el pueblo estuvo metido en el mismo sitio durante dos horas ajeno a todo lo demás, ensimismado con Javier Cámara. El polideportivo de la localidad estaba a reventar y no era para menos, había llegado la hora de homenajear a su paisano, el hombre que les pone en el mapa a través de una pantalla de cine. No faltaba nadie. Si la noche de los Goya fue la más alegre en la vida del actor riojano, la de ayer fue la más especial. La que comparte con los suyos, con los que le conocen de verdad y le han visto crecer.

Al final de la gala, que duró casi dos horas, Javier Cámara, con una sonrisa imborrable, confesó que no hace películas por los premios sino porque se lo pasa bien. Tiró de humildad sin forzarla, porque le sale. “En mi cuadrilla había gente más divertida, más graciosa y con mucho talento”. Él simplemente tuvo suerte al encontrarse con la gente que le ayudó a ponerse en el camino adecuado y lo aprovechó, dijo. Comentó que estaba sobrepasado pero que se sentía bien, de verdad, con la gente que más quiere, con su familia y sus amigos. En especial con su madre, de la que no se separó ni un segundo salvo para dar abrazos sinceros. “Gracias. Gracias. Gracias. Esto es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo”. No se cansaba de repetirlo.

Para entonces, la alcaldesa Rosana Zorzano ya había anunciado que le habían dedicado una plaza en el municipio. ‘Los héroes del Alcázar’ se ha convertido en la plaza de Javier Cámara. “Es que el nombre era muy feo y en este pueblo hay muchos héroes”, bromeó el actor. Era su día. Tras recibir numerosos regalos, le tocó el turno a su madre, que se resistía a subir al escenario. “Madre, que son unas flores…”. Y al final subió. “Lo que más ilusión le haría ahora es que no estuviéramos solos”, dijo Javier Cámara, acordándose de su padre, que murió cuando grababa 'Ay, señor, señor'. No pudo verle explotar como uno de los grandes. Ella no habló. Dejó el protagonismo en quien lo tenía que dejar.

Antes de los momentos sentimentales, “los patateros”, dijo Pitu, uno de los presentadores, “porque son los que tocan la patata”, hubo tiempo para las risas, la emoción, los aplausos y el reconocimiento. “Albelda te quiere”, rezaba el primer vídeo de la gala. Su primer profesor de Arte Dramático, Fernando Gil Torner, participó en el homenaje y recordó que “es un gran actor de teatro”, algo que se suele olvidar al verle siempre en la gran pantalla. “Cuando te daba clase, seguro que pensabas que vaya rollo que te estaba metiendo”, le comentó al actor, que no le rehuía la mirada.

Por el proyector del polideportivo de Albelda pasaron también personajes como Álex de la Iglesia, Hugo Silva (que arrancó varios gritos de entre las más jóvenes), Rosi de Palma, Almodóvar y David Trueba, el director de la película con la que ha ganado el Goya, espectador de lujo durante el certamen, a mejor actor. “Aléjate de los premios, no son importantes”, le aconsejó a través de un vídeo. En el siguiente plano se veía a Trueba limpiar sus tres estatuillas con un trapo. Todo eran guiños.

El director de cine Santiago Tabernero se fue más hacia el lenguaje del séptimo arte. “Esta noche podría ser una secuencia feliz de una película de Azcona que se podría titular: Profeta en su tierra, Javier Cámara”, le señaló al actor, a quien le hizo una confesión: “Ojalá podamos hacer juntos una película”. La actriz Paz Sufrátegui, prima de Cámara, fue más emotiva. “Fuimos muchos los que subimos a recoger el Goya contigo aquella noche. Hemos compartido muchos momentos juntos, Javier”, le dijo.

La guinda al pastel, a una noche que todos los allí presentes recordarán para siempre, fueron unos premios que 'Tejao de cera', una compañía de teatro de Albelda, se sacó de la manga. Cuatro eran los nominados a mejor interpretación. Uno de ellos, como no podía ser de otra manera, era su paisano más ilustre por su papel en ‘Vivir es más fácil con los ojos cerrados’. Lo ganó Pepe, que en el escenario imitó el discurso de Javier Cámara en la noche de los Goya. “He soñado con este momento varias veces”.

Todo terminó fuera, en esa plaza que ahora lleva el nombre de un actor que consiguió el mayor reconocimiento del cine español en su sexta nominación. Quedó inaugurada con una placa que ahora será testigo de los juegos de los niños, del ir y venir de los albeldenses en su día a día. Javier Cámara se ha hecho, gracias a su trabajo, esfuerzo, tesón y talento, con un hueco en el corazón de Albelda y de sus habitantes.

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