Los partos en casa, una práctica en auge

Los partos en casa, una práctica en auge

Olivia García Pérez

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La llegada de un bebé está siempre rodeada de preparativos. Desde comprar todo lo necesario hasta establecer un amplio calendario de visitas médicas y momentos clave. Sin duda, el más importante de ellos es el parto. El momento en el que esa nueva persona llega al mundo está siempre rodeado de ilusión, temor, impaciencia y dudas. Se trata del acto más íntimo y emotivo para una pareja y por eso, cada vez más padres optan por vivirlo al máximo en base a esos principios.

El Centro Raíz, una entidad de acompañamiento a la maternidad, puso en marcha el pasado mes de agosto un servicio para atender los partos en el propio domicilio. Desde ese momento han atendido nacimientos en La Rioja, una cifra que crece progresivamente. Se trata de una práctica que todavía tiene tintes clandestinos porque en ocasiones, ni la propia familia ni los profesionales sanitarios la entienden como algo seguro y natural.

Cristina Castro es una de las matronas que asisten estos partos. Destaca que lo más importante es que los padres traigan a sus hijos al mundo en el lugar en el que ellos se sientan más seguros y cómodos, “para algunos será el hospital, para otros su propia casa. Nosotros no queremos convencer a nadie de que una opción es mejor de la otra, solo queremos estar ahí para los que opten por esta vía”. En su opinión, en los hospitales se ha deshumanizado un poco este momento, “todo está muy protocolarizado, no se permite a las madres que realicen el expulsivo en cualquier postura, o no se deja a los padres acompañar en una cesárea”.

Según señala la matrona, deben darse siempre unas condiciones específicas para que los partos puedan realizarse en casa. “Las parejas se tienen que poner en contacto con nosotros antes de la semana 28 y es fundamental que haya consentimiento por ambas partes, que ellos lo tengan realmente claro y que nosotros entendamos que están preparados, tiene que haber entendimiento, empatía”, explica, “porque vamos a entrar en la parte más íntima de la pareja a todos los niveles”.

Además, deben cumplirse todos los requisitos médicos, que sea un embarazo a término, sin patologías asociadas, sin ningún riesgo y con presentación cefálica. A partir de ahí comienzan los encuentros. Cuatro en total antes del parto, el último de ellos en la propia vivienda. Desde la semana 37 los profesionales están las 24 horas de guardia, para desplazarse al domicilio en el momento del parto.

“En estos partos no hacemos tactos vaginales, ni rompemos la bolsa, intentamos que todo sea de la forma más natural, dejando que el dolor sea la guía que vaya indicando a la mamá la postura que quiere adoptar, el momento en el que debe empujar”, apunta Castro, “hay dolor, no sufrimiento. Además, en el parto se segregan endorfinas, que son un opiáceo natural. También les ayudamos con movimientos, masajes y técnicas naturales como la reflexoterapia, el reiki o las flores de bach. Intentamos propiciar la atmósfera más adecuada para que el parto transcurra de la mejor manera, con luz tenue, ambiente clamado y la mayor intimidad posible en la pareja”. En ocasiones, los propios hijos asisten también al parto de sus hermanos. “Aunque parezca mentira, los niños no se asustan, lo viven de una forma totalmente natural y es precioso”.

En caso de que se produzca cualquier complicación, los profesionales están preparados con el material médico necesario. “En el último parto que asistimos hace un par de semanas la madre tuvo una bajada de tensión, le pusimos una vía con medicamento y enseguida se estabilizó. Además, siempre debe haber un hospital a menos de 30 minutos por si fuera necesario un traslado, aunque afortunadamente no se ha dado el caso. Ni siquiera hemos tenido que dar un solo punto en los diez partos que hemos atendido, ni siquiera cuando se trataba del primer hijo”.

Una de las dificultades con las que se encuentran los padres que optan por esta vía, además de la incomprensión social, es el coste del proceso, unos 1.900 euros en total. En otros países europeos como Holanda, donde uno de cada tres partos se producen en el domicilio, es la seguridad social la que corre con los gastos. “En España aun hay mucho camino por recorrer en este sentido”, comenta Cristina, “y eso que los costes son infinitamente menores que en un parto hospitalario”.

Desde el Centro Raíz quieren dejar claro que un parto siempre debe ser atendido por un profesional, un ginecólogo o una matrona, y contar con todos los requisitos necesarios para que pueda llevarse a cabo sin ningún riesgo. Reiteran además que en ningún caso se oponen a los partos hospitalarios ya que lo principal, en un momento tan íntimo, es que la madre se sienta tranquila y segura, “unas encuentran esa tranquilidad en el hospital, otras en casa, con su pareja y una matrona con la que ya tienen confianza”. Dentro de unos días nacerá un nuevo niño en un domicilio riojano, será en Murillo. Poco a poco, esta práctica, habitual para nuestras abuelas, vuelve a ser una opción para muchas madres que desean traer al mundo a sus hijos de la forma más íntima y natural.

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