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“El PP empieza a tener miedo y por eso toman decisiones como la del chalé”

"El PP empieza a tener miedo y por eso toman decisiones como la del chalé"

Olivia García Pérez

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Logroñés de nacimiento y malagueño de adopción. A sus 28 años, Alberto Garzón se ha convertido en uno de los diputados más mediáticos por la firmeza de sus ideas, su potencial y su juventud. Ayer visitó su tierra natal dentro de una campaña en la que Izquierda Unida plantea una revolución democrática y social para reclamar la participación de la gente en las instituciones y acabar con la política contradictoria de recortes para uno y rescates para otros. Se muestra seguro cuando afirma que el modelo actual se ha venido abajo y que algo nuevo está por venir.

Poco más de un mes para las elecciones europeas. Nos cansamos de escuchar que estos comicios son más importantes de lo que pensamos, sin embargo, el desarraigo con Europa sigue siendo una barrera clara.

En realidad, cuando votamos en la Unión Europea estamos votando un Parlamento, pero el poder real lo tiene la Comisión Europea. Eso significa que no votamos directamente el órgano de gobierno, el que toma decisiones. Está claro que hay un déficit democrático. Al mismo tiempo, existe una falta de cultura europea a nivel social. En Europa se tratan continuamente cuestiones financieras pero no los derechos fundamentales, el salario digno, el empleo… No está construida para los ciudadanos sino para los grandes bancos y empresas.

Otro de los problemas es que los ciudadanos ven en Europa una salida cómoda y adinerada para los políticos, más que una opción para cambiar las cosas. ¿Algo se está haciendo mal?

Hay que tener en cuenta que el presupuesto que maneja la Unión Europea es un 1% del PIB, es mínimo, y eso les da muy poca capacidad para desarrollar políticas de ayuda. Las ayudas y aportaciones se hacen desde el Banco Central Europeo, un organismo totalmente ajeno, que no se vota. Eso deja claro que hay un problema de diseño desde el principio. Pero nosotros creemos que en este momento sí se puede de alguna manera sabotear las instituciones, realizar un cambio desde las bases. Y si, está claro que Europa, con el diseño actual, es una especie de cementerio de elefantes, y esa es la percepción del ciudadano.

¿Qué supondría en la práctica para España un cambio de rumbo en las políticas europeas?

En este momento los organismos tienen una clara estrategia de división entre los países del norte y los de la periferia. Por un lado están las grandes potencias como Alemania y por otro países como Portugal, Grecia o España. Vivimos una situación de dependencia que no se puede consentir, es necesario que todos estemos al mismo nivel. Al mismo tiempo que en España se retrasa la edad de jubilación hasta los 67 años, en Alemania se rebaja a los 63. Y eso se permite en Europa, una desigualdad tan sangrante. Es necesario que nos situemos todos al mismo nivel.

Solo se moviliza la izquierda, sin embargo, los resultados electorales no terminan de reflejar ese creciente movimiento social, ¿cuál es el problema?

Que no solo es la izquierda la que se moviliza. Más del 85% de la población cree que el Estado debe financiar una sanidad pública y para todos. Pero muchos de ellos votan al PP. El problema es que no se puede concentrar toda la ideología de una persona en un solo voto. La democracia que vivimos en este país se limita a ejercer nuestro derecho al voto una vez cada cuatro años, no se consulta al ciudadano para la toma de decisiones. Eso hace que una persona que no está de acuerdo con las políticas populares en materia de sanidad, inmigración o educación, vote al PP porque es católico. Se simplifica muchísimo el sistema democrático. Lo cierto es que la gente que se manifiesta no es solo de izquierdas, hay gente que vota a cualquier partido político, y mucha gente incluso que no vota.

Vemos siempre un mapa teñido de rojo o azul donde los llamados partidos minoritarios parecen ser una mera llave de gobierno. ¿Tiene la sensación de que no se tienen en cuenta la importancia real de estos partidos?

Este es un problema meramente español. Sucede en otros lugares como EEUU pero este claro bipartidismo no tiene cabida en otro tipo de sistemas proporcionales como los de Italia o Israel. En España, la Transición trató de dar respuesta a través de un sistema de dos grandes partidos. Hasta ahora el español era del PSOE o del PP con la misma claridad que se es del Madrid o del Barça. Pero todo eso se ha venido abajo y el 15M fue una clara muestra de ello. Ambos partidos han perdido muchísimos votos, que a veces se han ido dirigiendo a otros partidos y otras veces no, se han traducido simplemente en una mayor abstención. Está claro que el momento ha cambiado, que los dos grandes partidos se han venido abajo y que algo nuevo está por venir. Hay que ver qué es lo que viene y hay que saber estabilizar ese cambio de modelo. Un cambio que es a todos los niveles. Solo hay que ver cómo se llenaron las calles el 22M en una protesta sin precedentes, una protesta que no había sido convocada por los sindicatos. Todo ese antiguo modelo de grandes partidos, grandes sindicatos, grandes poderes, se ha venido abajo.

Izquierda Unida vive desde hace años tiempos complicados. En La Rioja casi ni se recuerda ya su presencia en las instituciones. Sin embargo, se empieza a hablar de una vuelta de cara a las próximas elecciones. ¿Cómo ve las cosas?

No es solo una percepción, las encuestan dan por hecho ese cambio también a nivel nacional. De los 3,8 puntos de las próximas elecciones, nos empiezan a dar hasta 18. El ascenso es impresionante y el cambio que está por venir es claro pero insuficiente. Ahora mismo hay un PSOE preocupado porque ve que se le está viniendo abajo el chiringuito, por eso se empieza a hablar ya de un principio de acuerdo para un pacto PP-PSOE en 2015. Hay que tener en cuenta que IU viene de una durísima travesía por el desierto y este cambio que está por venir hay que saber consolidarlo. La ciudadanía tiene que ver que somos un instrumento útil, no para ser la muleta de nadie, sino por nosotros mismos.

Nos quedamos en La Rioja, Usted es riojano y probablemente no recordará a otro presidente anterior a Pedro Sanz, el presidente autonómico con más años en el cargo, ¿qué lectura hace de estos casi veinte años de gobierno?

Tengo 28 años y evidentemente con ocho no tenía noción alguna de la política asi que no, no recuerdo otro presidente. En La Rioja el PP empieza a plantear ya formalmente una bajada en el número de diputados y no hay que olvidar que reducir la proporción es afectar a los pequeños. Pero en definitiva, esto lo único que deja claro es que el PP tiene miedo. Aquí y en muchos lugares. En el caso de La Rioja, con todos estos años de gobierno, se han consolidado una serie de estructuras clientelares que van mucho más allá de la política, un claro caciquismo con empresas y personas. Pero todo eso se va a acabar. Nosotros estamos tranquilos, que sigan teniendo miedo.

En los últimos meses han surgido algunos escándalos en torno al PP de La Rioja, desde el polémico chalé del presidente a los 200.000 euros de la compra de su sede.

La Rioja, por su dimensión, tiene una repercusión menor a nivel nacional que otros territorios pero pasa lo mismo que en otros sitios, y estos casos son la prueba. Lo cierto es que siempre ha habido corrupción pero la vemos ahora porque con la crisis el dinero deja de fluir, y deja de haber cheques y empieza a haber gente que se enfada y a la que no se puede callar, entonces hablan. Además, este caso de La Rioja, como comentaba antes, es una muestra clara de lo que comentaba antes. Tienen miedo y ese miedo les hace tomar decisiones muy cuestionables como el cambio de un Plan General para legalizar ese chalé y hacer que sean los vecinos los que soporten el coste de esas decisiones.

También el tema sanitario ocupa buena parte de la actualidad en La Rioja, ¿hasta dónde pueden llegar las privatizaciones?

El déficit de nuestra democracia permite mucha manga ancha a los políticos. Eso se suma a una falta de ética absoluta. Puede haber contratos formales con la empresa que obtiene los beneficios, pero nunca se sabe realmente lo que hay detrás de ese contrato. Lo que está claro es que todo esto durará hasta que la gente quiera que dure y eso cada vez está más cerca. La gente tiene ya menos miedo a estallar y decir basta por la dramática situación actual. Eso es precisamente lo que ha cambiado, ya no tienes trabajo, ni expectativas de futuro, así que no tienes medio de perder nada. Y eso no lo controla el PP.

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