Condenados a vivir con dolor

Condenados a vivir con dolor

Olivia García Pérez

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La sanidad pública sigue en el punto de mira. Al cierre del pasado ejercicio, la Consejería ofrecía unos datos muy favorables en cuanto a las listas de espera quirúrgicas, que se consolidaban en La Rioja en torno a los 60 días. Sin embargo, la realidad ofrece una imagen distinta. Son muchos los que denuncian largas esperas de meses para pasar por quirófano en algunas especialidades. Y mención aparte merecen las consultas. En concreto, en la Unidad del Dolor, los pacientes tienen que esperar hasta ocho meses para poder acceder a un tratamiento especialmente necesario.

Son pacientes que conviven cada día con un dolor intenso y continuado. Neuralgias, lumbalgias y dolencias variadas con un denominador común, el fuerte dolor que les impide llevar un vida normalizada.

La sanidad riojana puso en marcha esta Unidad del Dolor en el año 2003. Durante varios años, supuso un aliento de aire fresco para todos esos enfermos que recibían atención inmediata, incluso de forma telefónica cuando era necesario. Sin embargo, ya en el año 2006 llegaron las primeras quejas, cuando comenzaron a anularse algunas citas, se cerró la Unidad durante el verano y desaparecieron las consultas telefónicas.

Aun así, se siguieron manteniendo las ocho consultas semanales (dos al día durante cuatro días cada semana) atendidas por los anestesistas que se ocupan de estas dolencias. En los últimos meses, también eso ha cambiado. La falta de profesionales vuelve a ser una vez más la causa del detrimento de este servicio asistencial.

Al parecer, la escasez de anestesistas para atender los quirófanos del hospital, hace que la subdirectora médica del San Pedro tenga que recurrir a menudo a los profesionales de Preoperatorio y de la Unidad del Dolor, por lo que las consultas han pasado de ser ocho a tres o cuatro semanales.

Una situación que afecta especialmente a estos pacientes que requieren de una atención especializada rápida que pueda aliviar el intenso dolor que padecen y que muchas veces no les deja ni siquiera dormir o llevar una vida normalizada.

En este momento, se están dando citas para una primera consulta para el mes de septiembre. A eso hay que sumar otros dos o tres meses más para realizar las pruebas oportunas y llegar a la consulta definitiva en la que los pacientes pueden acceder finalmente al tratamiento específico que requieren para paliar sus dolencias.

Un total de ocho meses, largos y agónicos, hasta que llegan a obtener los tratamientos concretos. “Te venden el bienestar mientras te condenan a vivir con dolor”, denuncia uno de ellos.

Lo cierto es que esta situación no se había conocido hasta ahora, ni siquiera dentro del propio hospital. Pero ahora son los propios profesionales sanitarios los que realizan las quejas. “Sabemos incluso de algunos casos en los que la persona había fallecido cuando llegó por fin la fecha de su consulta”, aseguran fuentes hospitalarias. Las protestas tampoco suelen ir más allá del malestar personal “porque son personas que ya ni siquiera tienen fuerzas para poner quejas, cuando llegan aquí están agotados física y mentalmente después de un largo peregrinaje por consultas de especialistas y operaciones varias”.

Desde este medio hemos querido conocer el punto de vista de la Consejería de Salud respecto a esta lista de espera y las consecuencias que acarrea para los pacientes. Hasta el momento, no hemos obtenido respuesta.

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