Llevo una semanita escuchando toda suerte de perlas relacionadas con la vuelta al cole y salvo contados comentarios alentadores la mayoría de ellos le hundía la moral a cualquiera. Es increíble cómo somos capaces de resaltar lo negativo y lo llevamos a su máxima potencia. Aquí te comparto algunas frases que no deberían oír tus hijos sobre la vuelta al cole y que seguramente han escuchado.
1. ¿No tienes ganas de ir al cole, verdad? Vale que de vacaciones los chicos están la gloria y volver a la rutina lleva un tiempo de adaptación, pero de ahí a pensar que lo normal es que ningún niño quiera volver a su escuela hay un trecho, es dar por supuesto demasiadas cosas. Si normalizamos que los niños tengan que ir al cole obligados, casi a rastras, a sabiendas de que lo pasan mal y esto no nos remueve nada entonces es que algo estamos haciendo mal. No me refiero a niños pequeños, en sus primeros días donde se están separando del que ha sido su referente de apego y donde lamentablemente los procesos de adaptación no siempre logran evitar el malestar del niño. Me refiero a dar por hecho que los niños no encuentran disfrute en volver a su escuela, en aprender cosas nuevas, en descubrir sus habilidades, en esforzarse con el trabajo diario, en establecer o consolidar amistades. No les neguemos de antemano esta oportunidad!! Si conoces un caso concreto donde esa motivación se ha apagado intenta indagar en las causas y encontrar cómo recuperarla.
2. ¡Menudo descanso para los padres! Esta frase posiblemente sea de las más escuchadas y de las más dañinas para los chicos. Entiendo que conciliar trabajo y vacaciones a veces es muy complicado para las familias. Toca hacer malabarismos para organizarse y tirar de parientes, ludotecas, campamentos, etc. Entiendo que a veces es difícil canalizar todo ese tiempo libre de los chicos e incluso que tengamos momentos de saturación. Sin embargo, nada tan precioso como los recuerdos creados al calor del verano, esos momentos compartidos en familia. Cuando hacemos esa pausa estival en la vorágine del día a día y los tiempos de la infancia y los nuestros se acercan: puedo imaginarte con una sonrisa y pensando ¡Cómo has crecido, hijo mío! Entonces, no enturbiemos esa imagen haciéndoles creer que estábamos deseando deshacernos de ellos, porque precisamente esto es lo que transmite esa frase. No la uses, no permitas que alguien siembre esa duda en tu hijo.
3.¡La que les espera a los profes! Otra vez damos por hecho que para los profesores volver al cole es peor que peregrinar por el desierto sin agua. Que sí, que los habrá que no tengan vocación y que volver sea para esos un suplicio, igual que para tí si no te gusta tu profesión o a lo que te dedicas. Sin embargo la gran mayoría de los profesores vuelven con ganas de ver a sus niños, con un montón de ideas para hacer con ellos y rezan para que encajen en el tiempo, en los programas, en los currículos. Muchos han estado pensando en sus chicos, en cómo le estaría yendo el verano a ese crío que tanto le costó el curso, en el que se sentía tan solo y logró que se marchara sonriendo, en ese abrazo que se dieron el último día. Sí, a los profes les esperan muchas cosas, puede que no les haga demasiada ilusión las programaciones o el trabajo engorroso, pero les compensa pensar que les esperan sonrisas y miradas cómplices cuando se cierra la puerta y se quedan a solas con sus chicos. Si tus hijos perciben en tí el respeto y admiración que merece la docencia se comportarán a la altura.
Y así, un año más debemos trabajar todos para que la vuelta al cole se aleje de estereotipos que la enturbian. Familia, sociedad, colegios tenemos el futuro en nuestras manos y en nuestras palabras!