Nos encontramos en los prolegómenos de la Cuarta Revolución Industrial, la nueva era digital. De igual modo que la Primera Revolución Industrial supone nuevos sistemas de producción a través de la máquina de vapor y la Segunda Revolución Industrial desarrolla estos nuevos sistemas productivos hacia la producción en masa y un cambio total del paradigma del modelo social, productivo y laboral con el desarrollo de estas nuevas tecnologías; la Tercera Revolución Industrial (o Revolución Digital) iniciada en los años 80 está llegando a su final, dando paso a la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0, donde la digitalización y las nuevas tecnologías supondrán un nuevo cambio del modelo productivo y laboral.
Este nuevo contexto aporta un amplio abanico de oportunidades en nuestro modelo de sociedad, pero a la vez supone un reto, comenzando por el reto que nos supone a la comunidad educativa.
Los cambios de modelo educativo tienen un impacto a largo plazo, y en este sentido no podemos quedarnos atrás ni posponer más tiempo el pleno desarrollo de la educación 4.0.
Aprovechando las nuevas herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías y las TIC podemos mejorar la calidad de la enseñanza mediante itinerarios y programas personalizados. A su vez, también nos facilitan el acceso a la información y democratización de la misma. Si todos los alumnos tienen las herramientas y materiales adecuados para poder acceder a la información y a los programas curriculares, así como a sistemas de apoyo individualizados a través de las diferentes plataformas de “e-Learning”, además de fomentar nuevas dinámicas colaborativas, estaremos fomentando un acceso a la educación más democrático y económico.
Estas plataformas suponen un cambio radical desde el punto de vista pedagógico; el alumno se convierte en el centro del proceso formativo y el docente es quien debe guiarle en ese proceso mucho más individualizado e independiente. También supone un cambio en los formatos, la información se puede transmitir de una forma mucho más visual y creativa, mediante infografías, vídeos,etc.
Por otro lado, mediante estas nuevas dinámicas, estaremos preparando a nuestros alumnos al nuevo mercado laboral que se nos avecina, donde el reto que tenemos es muy importante, dado que los nuevos modelos productivos basados en las nuevas tecnologías y la automatización requiere nuevas capacidades y supondrán un cambio sustancial en el mercado laboral al que nuestros alumnos se tendrán que enfrentar en el futuro, donde la creatividad, el dominio de las nuevas tecnologías, los idiomas, el lenguaje digital, las dinámicas colaborativas y el teletrabajo estarán a la orden del día.
Esto requiere un esfuerzo sustancial tanto desde las administraciones públicas como de los propios docentes. Por un lado, las administraciones tienen que garantizar el acceso de los alumnos y profesionales a los materiales y herramientas necesarias para estos nuevos procesos formativos; del mismo modo, los profesionales de la enseñanza tenemos la obligación de adquirir estas nuevas competencias digitales para saber canalizar los conocimientos a través de estas plataformas y nuevos sistemas de enseñanza. Así mismo, es urgente diseñar nuevos programas formativos más adecuados a este cambio de paradigma; el lenguaje digital, la programación y las dinámicas colaborativas a través de plataformas digitales deben estar presentes en los programas de estudio desde edades mucho más tempranas.
Los docentes debemos adecuarnos a estas nuevas competencias digitales, mediante programas y cursos formativos que requieren un esfuerzo común de la administración pública, centros de enseñanza y los propios docentes. Capacidades como entender y poder transmitir en lenguaje digital; saber filtrar y clasificar la información que se nos presenta en la red; capacidad para trabajar con las TIC; plataformas digitales y “e-Learning”; trabajo colaborativo; compartir en la web; crear y editar contenidos; etc.
Favorecer el uso de este tipo de herramientas supondrá un cambio metodológico que abre un abanico de oportunidades a la hora de fomentar el pensamiento creativo, la resolución de problemas y el trabajo colaborativo; al mismo tiempo que preparará a nuestros alumnos y alumnas a un futuro mercado laboral diferente al que hoy conocemos, y que por tanto no podrán enfrentarse si desde los propios itinerarios formativos a lo largo de su proceso no se les facilita las herramientas y conocimientos necesarios para ello.