Queridos amigos todos, compañeros y colegas, que habéis apoyado o difundido la carta que escribí hace unas semanas en defensa de las Voces de la Lengua: ¡Gracias de corazón por sumaros a la petición de un futuro libre y luminoso para el proyecto! Como sabéis, he defendido esas Voces como un espacio comunitario de palabra y libertad al margen de las coyunturas políticas; por eso os agradezco de corazón vuestro apoyo, vuestro ánimo y solidaridad. Resulta conmovedor, en tiempos de un individualismo atroz, leer vuestras notas y mensajes, ver vuestras firmas, saberos cerca, reconoceros en esta lucha y conoceros a algunos que no os conocía, en una causa noble como es la de la permanencia de espacios culturales virtuosos que puedan caminar en libertad al margen de las injerencias políticas y de la imposición o supresión de contenidos.
El entorno cultural de La Rioja, el que han poblado estas Voces de la lengua, ha sido un espacio de convivencia y de creación desde hace siglos. Fue la cuna del español y la de Gonzalo de Berceo, primer poeta de nombre conocido que escribió en nuestra lengua. También lo fue de algunas de las autoras que mayor brillo han dado a nuestro idioma, desde Sor Ana de la Trinidad en la edad de oro a María de la O Lejárraga o María Teresa León en la de plata. La Rioja es un vergel de gran creatividad, y todos los que habéis pasado por allí, sumando vuestra voz a esas voces, habéis visto el terreno fértil en que caían las palabras, y la riqueza que hay en esa tierra, ya sea en el mundo de la música, de la literatura, del teatro o de la narración oral; habéis sentido el deseo de palabra de la gente y la escucha en un silencio excepcional. Gracias a todos los que habéis aportado vuestra voz y vuestras palabras a la construcción de un crisol rico y variado, lleno de acentos, de colores y de matices, que representa lo que es el español hoy en el mundo: una lengua luminosa reconocida por su creatividad y su frescura, por su fuerza y su melodía, como un canto profundo y festivo. Los seiscientos millones de personas que han crecido acunadas en esta lengua saben o sabrán que hubo un lugar en el que este idioma comenzó a balbucear y que sigue siendo la casa de todos. Ese lugar es La Rioja y los riojanos siguen siendo unos valedores ejemplares de ese inmenso tesoro.
En estos meses las piedras y los bosques han hablado llenos de vida y el patrimonio ha palpitado.
Seguro que hemos cometido errores en nuestro camino en Voces de la Lengua, seguro que muchas cosas se podían pensar y hacer mejor. Probablemente no hemos sabido contar con todos en la medida justa y el caleidoscopio infinito de la lengua que se debía construir con el tiempo no ha atendido por igual todas las manifestaciones, todos los acentos y todas las sensibilidades. Quiero pediros disculpas a los que hayáis podido sentiros desatendidos o agraviados por ello y a los que no hayamos sabido atender como merecéis. El equipo entero del proyecto ha trabajado a destajo para multiplicar las voces y las visiones de la lengua para que cada vez cupiera más gente, entre los artistas y entre el público, pero por cualquier fallo que hayamos cometido pido disculpas y lo asumo, sin duda, en primera persona. También agradezco vuestro apoyo y lo entiendo como una exigencia de compromiso con la libertad del proyecto y con la búsqueda de mejora en él. Y por ese mismo compromiso no puedo aceptar la degradación de Voces ni su uso para nada que no sea la virtud y la palabra, la excelencia de la belleza del sonido de nuestra lengua que allí nació y hoy campa luminosa. Si hay mejoras posibles en el proyecto, que las hay, las debemos afrontar con fuerza y valentía, con capacidad de autocrítica y con determinación en poder mejorar un espacio de la cultura para el disfrute de la ciudadanía en su conjunto.
No callarán las voces de ese valle es el grito colectivo de quienes creemos en la cultura como refugio, y esa es la reflexión final que os quiero compartir. Escribo estas líneas en un tren que camina hacia Kiev, donde tendremos el honor de estrenar en unos días La vida es sueño de Calderón de la Barca, en ucraniano, en el Teatro Lesya Ukrainka. Allí resonarán los versos que hablan de la libertad, de la dignidad, de la justicia. Probablemente ese país y sus teatros son hoy paradigma incomparable de lo que pueden significar las diferentes visiones de la cultura. Un país en el que los teatros han servido, literalmente, de refugio frente a la barbarie, y donde la gente se ha protegido en ellos ante las bombas; y un país en el que los bárbaros los han bombardeado inmisericordemente llenos de inocentes, de población civil, de niños. Ante eso cabe la pregunta: ¿Qué queremos que sean los teatros y los espacios de la cultura, refugio ante la barbarie u objetivos que deben ser destruidos?
Las ruinas del teatro de Mariúpol y de otros teatros de Ucrania son el testigo vivo de este dilema.
Ucrania está llena de museos, de bibliotecas y de teatros cerrados y destruidos por la sinrazón.
Ucrania es hoy trinchera de una batalla cultural única entre la libertad y la opresión. Un mundo apuesta por la convivencia y otro por el control y el exterminio de la cultura: los teatros bajo las bombas o los teatros abiertos (imaginad un teatro vivo en estos momentos allí - todos los están gracias al heroísmo de los artistas ucranianos). La cultura o la guerra, la palabra o la barbarie… Contra la barbarie, la palabra; contra las bombas, la palabra; contra el odio irracional, la palabra. Siempre y en cualquier contexto, la palabra; siempre. Contra la guerra, la cultura y la poesía. Contra la muerte, la vida y el arte en los museos, en los teatros y en las bibliotecas.
Esa es mi apuesta y ese es el compromiso que reitero aquí lleno de agradecimiento y de emoción.
Peleemos para que La Rioja sea conocida en España y en el mundo como un espacio de virtud y de libertad, de diversidad y orgullo de nuestra lengua y de nuestra cultura; no por poner límites y controlar las expresiones culturales, ya sean del folclore popular o de la literatura. Los espacios de arte, de conocimiento y de luz deben arrinconar la barbarie que comienza cuando se persigue la cultura y a sus gentes. Las bibliotecas y los teatros son de los ciudadanos; también de los actores, escritores y poetas que nos regalan tiempos de paz, de vida, de sosiego, de pasión o de poesía en medio de un mundo muchas veces desalmado y gris.
¡Que La Rioja haga de su patrimonio infinito una gran biblioteca y un teatro único en el mundo!
Todo nuestro idioma cabe en ese Valle de la Lengua, porque esa es la magia de una cultura extensa y diversa que no alza muros sino que tiende puentes. Así como el universo entero cabe en un escenario, en un libro o en un poema, la hispanidad toda, diversa y graciosamente caótica, cabe en ese valle y en esas Voces que ojalá puedan seguir cantando y contando historias hermosas desde ese paraíso perdido entre las montañas al mundo entero. Tenemos vuestro aliento en el oído y en el alma para seguir intentándolo, para seguir luchando porque ese paraíso viva y resuene con todos vosotros y con todos los que han de venir a llenarlo de Voces. El silencio normalmente nos deleita, pero el de este último tiempo no es alentador y no sabemos las intenciones que hay para el proyecto. Aún así no perdemos la esperanza ni las ganas de seguir trabajando por ese espacio de la palabra, por ese santuario de la belleza del sonido del español que podemos construir entre todos. Os pido que cerréis los ojos e imaginéis vuestras palabras volar por ese valle, posarse en sus parajes únicos. Os pido que imaginéis un futuro luminoso juntos, lleno de poesía, de música, de teatro, de palabra, que no deje espacio al odio ni a la barbarie.
Gracias de corazón y un abrazo fuerte.
Nacho